Desde mañana

LIA Laboratorio Interdisciplinario para las Artes, Bogota

Por Camilo Chico Triana | diciembre 17, 2010

Lejos del discurso de una muestra curada con un tema particular, se enmarca esta exposición que reúne a algunos de los mejores nombres que los críticos han denominado La Generación Intermedia, que se conoce como una “hipotética generación que incluye, de hecho, varias generaciones que se sitúa entre los Nuevos Nombres y los Grandes Maestros; un grupo heterogéneo de artistas con edades y trayectorias muy diferentes, que han desarrollado una obra consistente y seria” en palabras de Darío Jaramillo quien fuese Subgerente Cultural del Banco de la República en la década de los 90.

Rosario López, Luz Ángela Lizarazo, Rodrigo Facundo. Courtesy/Cortesía: LIA Laboratorio Interdisciplinario de las Artes.

No lejos de esta descripción se aprecia cómo el trabajo de cinco artistas dialoga de la misma manera que en aquellos tiempos, cada uno abstraído en su propio discurso relata su propia rea- lidad que se enfrenta a las demás en profunda mudez. Rosario López, ganadora de la VII Bienal de Arte de Bogotá, participa con una obra perteneciente a su serie Lo informe y el límite, que pretende explorar el potencial de trabajo que existe en el pai- saje, donde tiene cabida lo orgánico y lo maleable construido con materiales nobles que generan un nuevo imaginario visual en función al concepto de paisaje.

Rodrigo Facundo utiliza la fotografía para mostrarnos su relación particular con el tiempo, es así como en su serie Phantographies propone la convivencia de pasado, presente y futuro en el presente, único lugar donde se enlazan los eventos y se crea una trama capaz de generar un discurso. Por su parte Catalina Mejía, ganadora del XXXIV Salón Nacional de Artistas en 1992, sigue aludiendo a la identidad a través de su pasado, imágenes borrosas con lomos de libros en bibliotecas con espacios vacíos sugieren una relación directa con la memoria.

Luz Ángela Lizarazo con su instalación Celosías, estéticas de la paranoia invita a ver lo que significa vivir detrás de una reja, elemento de la imaginería popular de las calles bogotanas, que lo único que refleja es la paranoia que viven sus habitantes, miedo ornamentado, “miedo que se cuenta con estética”. Por último Delcy Morelos continúa el desarrollo de la relación que se establece entre cuerpo, color y emociones, la cual ha atravesado toda su producción artística.