Doris Salcedo

White Cube Mason’s Yard London

Por Dolores Galindo | septiembre 20, 2012

Doris Salcedo (n. Bogotá 1958) pidió a la Tate Modern que no repusiera por completo el pavimento de la Sala de Tubinas, perforado para su instalación en 2007.

Doris Salcedo

La enorme grieta − que supuso su consagración europea − fue tan sólo rellenada, dejando visible una cicatriz que todavía hoy nos recuerda el abismo existente entre el valor de la vida en el norte o en el sur, en el primer mundo o en sus periferias. Salcedo regresó Londres para llenar la White Cube de Mason´s Yard con dos instalaciones que hablaban de violencia, tortura y muerte. Su tierra natal sirve de inspiración a la artista, pero no sólo para elevar la conciencia política occidental, sino para reflexionar sobre el valor del olvido y el sufrimiento. En la primera planta se encontraba la instalación que ya ha viajado por distintos países, Plegaria Muda (2008-10) consistente en 45 piezas conformadas por dos mesas invertidas y unidas por una estructura de tierra que permite el crecimiento de brotes verdes. Cada unidad tenía aproximadamente la longitud y el ancho de un ataúd, evocando en su conjunto un lugar de enterramiento colectivo. Además de representar el renacimiento a través de la muerte, la peculiaridad de cada mesa simbolizaba que el ser humano conserva su individualidad, incluso en la muerte.

La galería de planta baja contaba con un enorme manto A Flor de Piel (2012), de apariencia muy delicada. Sólo en una inspección más cercana se podía apreciar que estaba hecho de miles de pétalos de rosas en un estado de semi descomposición que habían sido cosidos juntos. La artista rendía así un homenaje floral a las victimas de la tortura, con el recordatorio de que incluso cuando se desvanece la belleza, lo que queda sigue siendo sustancial. Salcedo desarrolla un trabajo social y estético contra la violencia, la corrupción y la injusticia.