EL ARTE INTERACTIVO DE DAVID MAGÁN

Por Matías Helbig, corresponsal en Europa | marzo 16, 2021

Tras la exposición individual Matter Matters, en el Centro de Arte Caja de Burgos (CAB), David Magán inauguró en el espacio de la Glaería Cayón los proyectos Hard-line y Light Object. Concebidos para ocupar ambos espacios de la galería de manera independiente, la exposición asume un carácter doble: por un lado, una serie de trabajos escultóricos que funcionan como una sola obra y que profundizan en el vínculo de Magán con el uso de la línea; por el otro, una instalación realizada especialmente para el segundo espacio que propone poner de manifiesto la materialidad de la luz a través del color aditivo (la composición cromática mediante la superposición del rojo, azul y verde). 

Hard-line Light Object se inauguraron el sábado 13 de marzo en los dos espacios de la Galería Cayón ubicados en Calle de Blanca Navarra 7 y Calle de Blanca Navarra 9, en donde permanecerán hasta el 23 de abril. Esta es la cuarta oportunidad en que David Magán (Madrid, 1979) presenta su obra de manera individual en la galería madrileña.

"Light Object", vista de sala. Ph: Estudio David Magán

Las obras que presenta David Magán en la Galería Cayón poseen dos valores sustanciales. En primer lugar, el diálogo que el artista madrileño establece con toda una tradición de arte abstracto, cinético, minimalista y Op-art. En segundo lugar, la capacidad que tiene toda la obra exhibida de interpelar al visitante, ubicándolo dentro del proceso artístico. Si bien los trabajos que ocupan los dos espacios fueron concebidas de forma independiente, ambas responden a estos dos ejes. 

En el primer caso, lo que hace Magán no es reproducir los tratamientos que figuras como Ellsworth Kelly, Frank Stella, Sol Lewitt o incluso Jesús Rafael Soto y Julio Leparc —todos ellos presentes en su obra— emplearon en sus trabajos, sino apropiárselos y reconfigurarlos, llevando su trabajo hacia un nuevo terreno. Tal como lo describe Javier del Campo en el catálogo de Matter Matters producido por el CAB: “[David Magán] investiga conociendo el estado de la cuestión, las aportaciones, los descubrimientos y también los resultados fallidos en los más de cien años de experiencia en el arte cinético y óptico”. El artista madrileño absorbe todo aquello y en lo que deviene su obra es, en definitiva, “una propuesta emancipada”.

De esta forma, las siete obras de la serie Línea Vacía que constituyen la exposición del primer espacio son objetos escultóricos donde la presencia de la línea las hace oscilar, constantemente, entre el dibujo y la escultura. La línea adopta un papel protagónico en las piezas, develando y ocultando, estableciendo ambigüedades en el espectador: incluyéndolo. Esta inclusión esta dada por el movimiento del propio espectador y las transformaciones que los objetos producidos por Magán establecen con relación al visitante. Y esto nos lleva directamente a la segunda cuestión de Hard-line y Light Object.

   

   

Para profundizar en esto es muy ilustrativa la experiencia que produce la instalación —Light Object 01— emplazada en el segundo espacio de la galería. Esta pieza ha sido concebida a partir de la obsesión de Magán por exhibir la fisicidad de la luz, es decir de su capacidad material. El hecho de hacerlo desde la instalación no parece gratuito. “Los medios artísticos tradicionales se definen por un soporte material específico: tela, mármol o película”, escribe Groys en Política de la instalación, y continua: “El soporte material del medio instalación es el espacio mismo (…) la instalación es lo material par excellence ya que es espacial y su ser en el espacio es la definición más general del ser material”[1].

La obra que se alza en el centro de la sala oscura está expuesta a tres halos de luz que responden al sistema RGB. La pieza se yergue en el centro como si se tratara de un tótem. El espacio está monopolizado por su presencia y a medida que el espectador avanza y la rodea, la combinación y las frecuencias de luz, percibidas desde ángulos diversos, cubren cada pliegue y cada intersección de planos con una gama de color singular que, a su vez, aparecen y desaparecen con la sombra misma de quien interactúa con ella.

Sin embargo, algo similar acontece en los dípticos de metacrilato de la primera sala. El artista compone piezas idénticas con los mismos materiales, pero lo que hace es superponer de forma diferente las placas. Así, las composiciones cromáticas difieren; la única manera de comprenderlo es acercándose, acortando la distancia entre el objeto artístico y quien lo observa. Es en cuanto asumimos esa actitud que la obra nos revela, a través de la línea, la disposición de los metacrilatos; nos revela su operación.

   

   

Hard-line y Light Object nos proponen un juego. Magán nos propone un juego, y con el completamos la obra. La genialidad de las dos exposiciones exhibidas en Galería Cayón reside allí, en hacernos, obligadamente, partícipes de la composición, del lenguaje artístico de David Magán. Incluso casi sin darnos por advertidos. 

 

 

[1]  Política de la instalación, Boris Groys, en Volverse público. Las transformaciones del arte en el ágora contemporáneo; Caja Negra, 2016.