Friends with Benefits
Lehmann Maupin New York
“Friends with Benefits” (Amigos con privilegios) , curada por Carla Camacho y Drew Moody, se tradujo en una presentación clínica e incongruente de pinturas, collages, esculturas, una instalación y dos videos en la Galería Lehman Maupin, en el Lower East Side.
Esta selección de obras surgió de una invitación a los artistas representados por la galería Lehman Maupin, entre ellos Tony Oursler, Mickalene Thomas y Angel Otero, para que eligieran a un grupo de artistas no representados por ninguna galería para que participaran en la muestra. En la superficie, un gesto amable tendiente a cultivar una perspectiva fresca; en la práctica, sin embargo, dio por resultado una exhibición despareja que no fue más allá de referenciar la supuesta conexión entre artistas amigos − pasando por alto la insinuación sexual implícita en el título, el film homónimo de 2011 y cualquier otra exploración del tema. Además, el exhibir obras de los artistas seleccionados y no de los seleccionadores sirvió para reinstaurar jerarquías entre artistas representados por galerías y artistas “emergentes” sin representación, al crear supuestas oposiciones entre viejos y nuevos, consagrados y “aspirantes”.
No obstante, a pesar de sus escollos temáticos y estructurales, “Friends with Benefits” incluyó trabajos individuales que ofrecieron provocativas e interesantes conversaciones aisladas. En la primera sala, un retrato de perfil realizado en collage, Heads #14 (floor plan), 2012, de Derrick Adams, trazaba un mapa de las percepciones asociadas a texturas y materiales cargados de significantes culturales. Un soliloquio brillante. Al entrar a la segunda sala, dos pinturas de grandes dimensiones de colores combinados en patchwork colgaban a cada lado, conversando afectuosamente a través de la vasta extensión del piso de madera sin tratar. Ejecutados íntegramente con láminas de vinilo y cinta adhesiva de colores, las obras de Wilfredo Ortega Ripples (Intervals) y Have Knots constitutuían un lírico juego de paneles de color fijados a la pared por medio de cinta adhesiva de colores ad hoc, que combinaban un enfoque de “hágalo usted mismo” con alegres abstracciones de color.
Igualmente atractiva era la instalación esquinera creada por Nicole Awai. Haul, compuesta por un bosquejo en collage de dos personajes gemelos unidos por la cintura y ubicados en un paisaje lujurioso frente a un edificio que muestra en su fachada el demasiado familiar fragmento de palabra, “Haul”. Estas estrafalarias figuras gemelas evocaban la insignia que se podría encontrar en la calcomanía vinílica de un taxímetro, y yacían inmersas en el bosquejo de un charco que desbordaba el marco para transformarse en una escultura tridimensional de resina negra que parecía brea, y de la cual emergían matas de césped y una criatura/mariposa. Awai crea una ominosa interacción entre el espacio real y el virtual, entre la fantasía y la realidad.
El piso superior estaba reservado para dos videos de Linda Post titulados THISISMYBODYLANTOME, 2012, la documentación de una performance, y LOW IMPACT (Window), 2012, una interpretación de cinco minutos de duración que mostraba a la artista ensuciando el cristal de una ventana y limpiándolo sistemáticamente. Los videos eran interesantes pero daban una sensación de aislamiento en el piso desértico que solamente ofrecía el diálogo en desarrollo de Post.
La curadora Carla Camacho explicó el proceso curatorial: “Dejando en manos de nuestros artistas de Nueva York el contactar a sus amigos para que participaran, nuestro rol consistió en presentar el espacio expositivo y curar las obras”. Esto significó que fuera un elemento de azar el que definiera la esencia de la selección de artistas e influyera en la decisión sobre la obra que reuniría la muestra − lo que podría haber resultado en una exposición audaz e innovadora. Sin embargo, “Friends with Benefits” dio la impresión de ser dispar e inconexa, y las obras individuales que se embarcaban en inspiradas conversaciones lamentablemente no trascendieron su selección aleatoria. A veces el azar lleva a accidentes felices; desafortunadamente, no fue el caso de “Friends with Benefits”.