Héctor Maldonado
The Moore Building, Miami
Si hay algo concluyente en la obra de Héctor Maldonado (Puerto Rico, 1972) es su versatilidad. La pluralidad de conceptos y recursos en las prácticas estéticas de actualidad está vinculada a la hibridación de los soportes de la expresión visual y Blood and Toys II, el proyecto que exhibe en The Moore Building prueba ser un sólido compendio de la simultaneidad de vías con que numerosos talentos emergentes suelen trabajar. La cuidadosa formación académica del artista es determinante en la aprehensión y ductilidad de los fragmentos necesarios para armar un discurso de honda repercusión introspectiva. Maldonado es graduado de Licenciatura en Bellas Artes en la Universidad de Puerto Rico y también de una Maestría en la misma especialidad en la Universidad Nacional Autónoma de México. Aunque su primera exhibición se remonta a 1997, no fue hasta una década después que su trabajo iría madurando la polisemia con que actualmente nos induce a lecturas de gradual sumersión.
En Blood and Toys II, el artista ha diversificado una primera ver- sión mostrada meses atrás en Borinquen Gallery, aunque la estructura de presentación sigue girando en torno a los tres núcleos originales. Uno de ellos es la serie My Family, integra- da por representaciones que se ubican entre la figuración narrativa y el retratismo pop donde el autor se propone una exploración sociológica del ámbito familiar recurriendo a las evocaciones de la memorabilia gráfica relacionada a sus vivencias. Las imágenes recopi- ladas son recreadas y distribuidas en la bidimensionalidad del lienzo a través del reordenamiento metafóri- co y de un pincel que enmascara o exalta la figura, añadiendo símbolos, o sofisticando las saturaciones cromáticas para recontextualizar la sig- nificación de un registro visual que hasta ese momento era simple remembranza y ahora se somete a la revisitación intelectual.
Idéntico tratamiento se aplica a la serie “Listen”, en que la temática se enfatiza en la niñez mediante inspi- rados regresos a fotos de la infancia de familiares y amigos a través de las cuales el autor prosigue el curso del desempolvamiento vivencial que emprendió, complementándolo con las construcciones escultóricas de Void Toys, tercera serie de piezas que el propio artista califica como “juguetes mutantes” y cuyo ensamblaje deriva de la tradición duchampiana del objettrouvé. Dichas pequeñas estructuras confeccionadas con objetos encontrados y guardados celosamente por años más con sentimiento lúdico que con intención expositiva- completan el reciclaje estético de Maldonado.
La frescura atemporal de estos minirretablos, cuya elaborada candidez insinúa cierto comentario crítico al consumismo, cierra con el encanto espontáneo de sus orígenes la épica del desplazamiento retrospectivo. Singular manera de abismarse en sí mismo que desde una reconsideración pendiente de identidad sobre la relación individuoentorno, nos enrumba hacia una nostalgia poco turística.