Hélio Oiticica

Fundação Itaú Cultural. São Paulo

Por Alice Heeren | julio 24, 2010

Hélio Oiticica: Museu É o Mundo (Museo es el mundo) se inauguró el sábado 20 de marzo. Curada por Fernando Cocchiarale y César Oiticica Hijo, esta retrospectiva es una exploración breve pero exhaustiva de la obra del artista. Mientras que en la planta superior del edificio se exhiben sus obras más tempranas, como las series de los Metaesquemas, Bilaterales y Pequeño Núcleo, las dos plantas restantes combinan varias de las instalaciones de Oiticica, incluyendo Tropicália y Rhodislândia, y series de mediados de los sesenta como Bólidos y Parangolés (Capas). Éstas últimas señalan un cambio funda- mental en las propuestas de Oiticica, dando ya muestras de la futura preocupación del artista por posicionar a la “marginalidad” como crítica social.

Divulgacao-30. Rijanviera. Edouard Fraipont. Courtesy/Cortesía Fundación Itaú Cultural. São Paulo.

Organizada en base a los escritos teóricos y las declaraciones de artista de Oiticica, alternativamente concisos y apartados del tema principal, la muestra explora posibilidades a veces contradictorias para exhibir su obra. Mientras que algunas de las piezas en exposición incluyendo reconstrucciones de exposiciones de la serie Parangolés se encuentran al alcance del espectador y de esa manera permiten que se cumpla con la insistencia original de Oiticica con respecto a la participación, otras, tales como Bólido Caja 18 Homenaje a Cara de Caballo, están atrapadas dentro de cajas de Plexiglás.

Las obras mencionadas en primer término, pertenecientes a la colección de César y Claudio Oiticica, Río de Janeiro, fueron responsables del momento más memorable de la muestra inaugural: un evento en el cual integrantes del Teatro Oficina y de la Primera Estación de Mangueira, ata- viados con Parangolés, marcharon hacia la Avenida Paulista y comprometieron la participación tanto de visitantes a la muestra como de transeúntes. Esta experiencia recuerda la exposición Opinião 65, presentada en el MAM-RJ, en la cual Oiticica y residentes de la favela de Mangueira, bailando ataviados con Parangolés, fueron expulsados del museo y continuaron con su espectáculo en la entrada. Más allá de promover la interacción de la audiencia con la obra de Oiticica en la galería, estas reconstrucciones hablan de la permanente vigencia y contemporaneidad de la obra de Oiticica.