Hélio Oiticica
Lelong, New York
Desde el 5 de mayo hasta el 16 de junio, en la Galerie Lelong se podrán apreciar por primera vez en Nueva York las instalaciones Penetrável PN1, Penetrável Filtro y Penetrável PN28 “Nas Quebradas”, del artista brasileño Hélio Oiticica (Río de Janeiro, 1937-1980).
Penetrável PN1, que Oiticia realiza en 1960, es un pequeño pasillo de paneles deslizantes de color amarillo brillante, que el participante puede mover para activar la obra. Uno de los penetrables de mayor tamaño, Penetrável Filtro toma los conceptos de Penetrável PN1 llevándolos a mayor escala y utilizando una estructura laberíntica. Penetrável Filtro permite al visitante vagar por los pasillos y entre las cortinas de varios tonos de verde, azul, amarillo y naranja. Creado el año antes de su muerte, Penetrável PN28 “Nas Quebradas” guía a los espectadores a través de una estructura arquitectónica de madera, ladrillos y paneles de color amarillo con techo de yute. Oiticica se inspira en las favelas de Río de Janeiro, y logra unos de sus principales objetivos de reunir el arte y la vida, proporcionando “vivencias”.
A pesar de que los Penetrables se crearon en los años 1960 y 1970, la participación del público en la obra a través de la experiencia física hace que estos trabajos continúen vigentes en la actualidad.
Hélio Oiticica, uno de los artistas más influyentes del siglo XX, investiga el color en el espacio en una obra única y continua. No sólo son los Penetrables una progresión natural de su obra, sino que también dan continuidad a la historia del arte. En 1961 Oiticica escribe sobre los Penetrables: “Aquí, el color desprende tanto lo decorativo como lo arquitectónico... para ser puramente estético, experimentado [vivenciado]. Son como frescos móviles, a escala humana, y lo más importante es que son penetrables. La estructura de la obra se percibe sólo después de la presentación completa de todas las partes móviles, ocultas la una de la otra, por lo que es imposible verlas al mismo tiempo."
Los Penetrables actúan como dispositivos de transformación, reinscriben lo simbólico y la experiencia estética. Son instalaciones construidas como laberintos, que buscan provocar experiencias sensoriales en quien las recorre, estableciendo una relación interactiva entre la obra y el público. Esta deja de ser una actividad interior de reflexión y se vuelve una articulación de cuerpos y materias. Y es responsabilidad del participante, del público, articular los elementos artísticos y los no-artísticos presentados por el artista. El público maniobra entre cantos, cavidades, escaleras, puertas, cortinas, entrelazando lugares y descubriendo espacios recónditos. Como Mario Pedrosa escribe en “Os Projetos de Helio Oiticica” (1961): “Enfatizando el recorrido, los Penetrables son una invitación al viaje, sin pathos romántico, a pesar de su inequívoca resonancia ética.”