Horacio Zabala

Henrique Faría New York

Por Claire Breukel | octubre 18, 2012

El artista argentino Horacio Zabala inauguró “Reiteraciones” , su primera muestra individual en la galería Henrique Faría Fine Art, con una investigación sobre actos de censura y la forma en que éstos afectan las relaciones de las personas con su entorno y su nacionalidad.

Horacio Zabala

Incluyendo obras que abarcaban desde los años setenta hasta el presente, la galería ofreció a Zabala dos salas en su cuarto piso para que explorara tres temas centrales en su producción artística: cartografías, duplicaciones e hipótesis − temas que han constituido inquietudes fundamentales a lo largo de su carrera, como artista y también como arquitecto.

Exiliado de Argentina, Zabala comenzó a producir obras que abogaban cada vez más por la libertad de expresión y analizaban las restricciones impuestas sobre las prácticas tanto artísticas como sociales. En 1976, trabajando desde Roma, coordinó un estudio global que interrogaba la noción del arte como sistema cerrado, acuñando el nombre del proyecto, “Hoy el arte es una cárcel” − un eslogan que penetra su obra y es el hilo que subyace a través de “Reiteraciones”.

La primera sala de las “Reiteraciones” se ocupaba específicamente de la geografía, desplegando mapas de Sudamérica que habían sido intervenidos y/o alterados en alguna forma o medida. Estas interferencias constituían, al mismo tiempo, actos agresivos y violentos que expresaban desaprobación sociopolítica, así como reinvenciones que incorporaban nueva información a cada superficie cartográfica con el fin de infundirle nuevo significado, proponiendo una relación renovada con estos espacios geográficos. Seis Imágenes del fragmento 30 (América del Sur) II era una obra inspirada en el activismo. Por medio del fuego, Zabala perfora el interior de la imagen del continente para crear contornos que imitan las capas de un mapa cartográfico. Trascendiendo su asociación con actos de quema antipatrióticos, las marcas de las quemaduras se convierten en un nuevo sistema de medida que cuantifica la preocupación social − cuyo significado exacto se dejaba librado a la interpretación.

Seis Obstrucciones de América del Sur (de I a VI), 1973, abordaba la acción de la censura y el acto fundamental de borrado, es decir, el tachar o eliminar. Haciendo referencia a burocráticas tintas de papelería, la obra mostraba una serie de seis mapas idénticos de América del Sur, cada uno de ellos cubierto por un gran bloque de tinta en tonos de rojo. Enfrente, una serie de mapas titulada Récord de Ocultamientos, 1973, presentaba capas de bloques compuestos por cuadrados grabados con tinta azul que prolijamente cubrían el continente. Los bloques de tinta de Zabala omiten información y ofrecen al mismo tiempo una nueva capa de color abstracto visual para renegociar.

En el corredor que conduce a la segunda sala, una ecuación pictórica compuesta por dos pinturas abstractas cuadradas sobre tela y símbolos en negro que presentaban una suma hipotética colgaba sobre la puerta.

En el interior, veinticuatro estudios proponían reiteraciones de hipotéticas ecuaciones simbólicas que combinaban pinturas abstractas de colores planos con signos de puntuación parcialmente reconocibles que, de ser creados, darían forma estética a cada ecuación. Hipótesis XXIII, 2010, era una de estas ecuaciones que había cobrado vida, apareciendo como una fracción que dividía y multiplicaba telas cuadradas que sugerían cantidades.

Una obra central en Mylar y tinta colgaba sobre la chimenea, con el eslogan “El arte es una cárcel” prolijamente impreso en la superficie de doce columnas. A pesar de que representaba una visión importante enraizada en la práctica categórica de este artista, en la exposición la obra se mostraba literal, exagerando lo obvio en lo que de otro modo hubiera sido una exploración erudita y profunda del lenguaje oficial.