Humberto Vélez
Ruth Benzacar, Buenos Aires
En su presentación en Buenos Aires, Humberto Vélez (Panamá, 1965) exhibe en primer lugar la película The Last Builder (El último físicoculturista / El último constructor), 2008, protagonizada por Dionisio Herrera González que exhibe su esculpido cuerpo mientras suena la música de Nikola Kodjabashia.
La pieza juega con la idea de construcción del cuerpo y del Canal de Panamá, central en la cultura de ese país. El canal artificial conecta el océano Atlántico al Pacífico y es una hazaña de ingeniería que utilizó mano de obra extranjera; de Jamaica, aunque de padres cubanos “el último constructor” fue contratado a los 15 años para abrir surcos. The Last Builder incluso explora rasgos de la identidad del artista y sintetiza su sensibilidad social y artística
Vélez inició su trayectoria en los años 90, creando piezas en colaboración con personas, por su “capacidad de crear estéticas”, que no tienen relación con el circuito del arte. Acá presenta fotografías y registros artísticos de notables performances y acciones como El Contrapunto (del Arte), 2010, organizada en ocasión del Congreso Internacional de la Lengua Española en Chile. Allí, los artistas populares planeaban cantar en torno al arte, pero los textos fueron modificados sobre la marcha por los payadores tras el terremoto en Valparaíso que acontecía en ese instante. Vélez, que vive entre Manchester y Río de Janeiro, despliega asimismo los videos de The Fight (La pelea), 2007, performance boxística en Tate Modern de Londres, y Le Plongeon (La zambullida), 2010, cabaret acuático efectuado en una pileta parisina para el Centro Pompidou, con jóvenes de clubes populares de boxeo y de natación. Contra la corriente de espectacularidad del arte contemporáneo, el artista suele abrazar la simplicidad como en La carrera, 2005, instalación sonora que, precisamente, suena como el relato de una competencia de caballos; pero el cuento es otro.