Ismael Frigerio
Patricia Ready. Santiago de Chile
Ismael Frigerio (1955) emergió a fines de los años 70 desde una generación de pintores chilenos influidos por la transvanguardia y el neoexpresionismo. El artista emigró a Nueva York y de vuelta en el país, a comienzos de los ‘90, dio cuenta de una obra que iba más allá del hedonismo reconocido y del tono autobiográfico.
Con versatilidad, moviéndose a través del cua- dro, el video y la instalación, también nutrió su registro con referencias a la literatura, la filosofía y una mirada crítica a la sociedad actual matizada con un tono existencialista, sin dejar jamás de referirse a la pintura y su historia. “Sombras de la modernidad” son 14 telas de gran formato que tienden al monocromo, tensionando lo gráfico y lo pictórico. En tonos rojos, azules o amarillos, sobre aguadas y capas de pigmento, la línea dibuja puntos de fuga, horizontes lejanos y composiciones rigurosas, donde aparecen cuerpos, sábanas desplegándose, naves faluchos, casas o camas y mapas, cartas náuticas o trazados de caminos. Se trata de tres series: “La Nave de los locos”, “El continente” y “El desnudo en la historia del arte”. Temas que siempre lo han inquietado navegan por estas imágenes fragmentarias de orden arquetípico: el viaje, la locura y la muerte. Es sobre todo la presencia del cuerpo humano en tanto anatomía geográfica desentrañándose apenas como esquema, como rastro, ícono que detiene la mirada. Junto a un muro, el único objeto fuera de cuadro descansa bajo la proyección monumental de un acercamiento al agua. No hay horizonte posible, sólo el bote detenido, el mar en calma y el silencio del final del viaje.