Iván Navarro

“No necesitamos banderas”

Por Antonio Arévalo | junio 07, 2010

Iván Navarro (Santiago de Chile, 1972, radicado en New York) pertenece a la generación de artistas latinoamericanos que, a partir de los años noventa, reelabora las relaciones entre modernidad y contemporaneidad; utilizando como punto de partida las experiencias de las vanguardias mas puristas del arte moderna, desde el abstractismo geométrico al constructivismo y al arte concreta hasta llegar al minimalismo, al arte optical y a sus derivaciones mas contemporáneas.

Drums, 2009. Neon, plywood, metal, one-way mirrors, mirrors, and electrical energy, 48 x 72 x 72 in. Photo: Rodrigo Pereda. Courtesy Galería Distrito Cuatro, Madrid. batería, 2009. Neón, madera prensada, metal, vidrios polarizados, espejos y energía eléctrica, 121,9 x 182,8 x 182,8 cm. Foto: Rodrigo Pereda. Cortesía Galería Distrito Cuatro, Madrid.

Su trabajo proviene de una singular investigación acerca de las potencialidades de la energía, elabora construcciones lumínicas y emplea principios de conversión. Esculturas funcionales, objetos de gran impacto visual y de complejidad estructural.

Entre sus mas conocidas obras están las Sillas Eléctricas, hechas de tubos fluorescentes, objetos de impresionante diseño que por su fragilidad y alto voltaje subvierten sus cualidades seductivas de perfección ergonómica: la silla eléctrica, usada todavía en algunos lugares de los Estados Unidos como instrumento de muerte o como máquina de tortura durante la dictadura militar en Chile, período que a Navarro le tocó vivir en plena formación. Como dice justamente su hermano Mario Navarro, “como muchas personas que vivieron en Chile durante ese periodo, fue testigo de hechos violentos que reprimieron su libertad cotidiana, como por ejemplo, los largos periodos de “toque de queda”; tener que tirarse al suelo de su propia habitación porque la policia estaba disparando fuera de su casa o acostumbrarse a que cuando eran bombardeadas las torres que suministraban electricidad a la ciudad, su familia escuchaba en la oscuridad una radio a baterias siempre sincronizada en el mismo canal de noticias. Sin duda, estos hechos crearon en su mente una base inconsciente que de alguna forma relaciona electricidad, medios de comunicación y violencia”1.

El Arte de Navarro reflexiona y gira en torno a apropiaciones críticas del Minimalismo norteamericano, trascendiendo su pureza formal al abordar temas políticos y sociales, con una crítica subyacente al poder y la autoridad.

El juega con referencias inmediatas al formalismo moderno, transformando -como el alquimista que es- materiales simples en formas radiantes, extrayéndolos de la convención. Por una parte, usa las posibilidades energéticas necesarias para hacer sus innumerables maquinarias industriales y domésticas y, por otra, nos recuerda la idea del poder que las caracteriza; ligándolas al uso que se le da en la sociedad contemporánea y como metáfora política de circulación del conocimiento.

Chile lo acaba de presentar en la 53° Bienal Internacional de Arte de Venecia como su representante. Es significativo que esta vez nos haya representado en Venecia un artista como él, que pertenece a una generación de artistas nacidos y crecidos en medio de la dictadura y que comienzan, a partir de esta experiencia, a configurar el propio operandus artístico.

En Venecia la escena se abre como queriendo trascender esa realidad a través de una ilusión óptica. El proyecto realizado para la 53 Bienal de Venecia del título “Umbral” estaba compuesto por tres obras “Death Row” (2006), el video “Resistance” y “Bed”, un pozo (neon Light, plywood, and electric energy). Las tres obras hablan mas de la idea de exilio que la de dictadura; quizas tengan referencias a cosas que ocurrieron en la dictadura, “pero esta mas relacionado a la vivencia del inmigrante -como en mi caso en Nueva York - como tambien de la gente que no tiene la posibilidad de volver a su pais. Alude a la situación contemporanea de estar en un lugar entremedio. No apela a la historia local, y refiere mas bien a la idea de un estado de transición” 2

“Death Row”, se inspira en la obra Spectrum V (1969) de Ellsword Nelly; Navarro, en este caso en las palabras de Anne Ellegood, “dispone de Nelly sin rendirle fidelidad al medio original de la obra”. El se ha nutrido de las prácticas escultóricas de un importante grupo entre los que destacan Dan Flavin. “Tras decidir establecerse en Nueva York en 1997, el interés de Navarro por estos trabajos tiene mas que ver con ubicarse él mismo dentro de la historia del arte norteamericano, como también con el deso de integrar las preocupaciones y problemáticas de su lugar natal dentro de las historias y movimientos específicos del arte norteamericano”. 3 “Las puertas son objetos estándar, relativamente baratas, se compran para ser instaladas en un par de horas en muchos edificios de la ciudad. El espejo frente a cada puerta, es un vidrio espejo. En este caso el espectador es el guardián del espacio, ya que logra ver, a través del túnel de luz...como una vigilancia”. Una puerta mágica profunda como una metáfora. La puerta representa el lugar de pasaje entre dos estados, entre dos mundos, entre lo conocido y lo desconocido, la luz y las tinieblas, la riqueza y la miseria. La puerta se abre siempre sobre un misterio, un viaje hacia el mas allá. La puerta permite entrar y salir. En este caso permite solo mirar, quedarse en el umbral. El espacio es ese.

La percepción de un abismo luminoso propuesto como si fuera un dispositivo mental. La representación del infinito a través del juego de espejos y luz, nos muestra una manera provocadora de la percepción, el espectador busca a través de la fragmentación especular, una vía de fuga o una vía de llegada. El lenguaje se vive como en un perpetuo estado de beligerancia, cual portador de pulsiones internas que encuentran en la imagen del arte el lugar donde llegar y desde donde partir.

El video “resistance” nos muestra una acción realizada en Times Square, la escultura aquí es una silla transportada por una bicicleta y energetizada directamente un hombre/performer que a través de su misma energía, el pedaleo, alimenta el generador que carga las luces de neón que la conforman. Esto es común en otras obras de Navarro en las que vemos siempre un protagonista (el performer) que, recolectando combustible de diversas fuentes, se pasea a través del paisaje; algunas veces en la periferia y en este caso en pleno corazón de una ciudad iluminada por la publicidad comercial. Creando una verdadero contraste entre el llamado al consumo y la energía aplicada para generar luz.

Toda obra de arte, dice Iván, es una ficción preconcebida y obviamente planteada de ante mano, en arte todo es la representación de algo; tiene toda la razón ya que “el arte sirve a poner en bella evidencia, a señalar la extraña consistencia de las cosas, la quieta soledad en la que quedan los objetos cotidianos, templados por la normalidad común de su funcionalidad”4. Como estas puertas5, por ejemplo, que son esa especie de libro en blanco donde se escribe un cuento trasversal. Una historia que, como para estigmatizar, se nos aparece en este raro y cruel palimpsesto que es la vida de un país, de sus hombres, y de los que ya no están, pero que -a través de esta metáfora- continúan existiendo. Porque todo participa en la vida.

1 “Documento desclasificado” de Mario Navarro. Catalogo, “Produciendo realidad”, Arte y realidad Latino-Americana, Lucca, junio 2004.
2 “Umbral”, Iván Navarro’s interview with Natalia Arcos for ARTV.
3“Resistencia de las banderas”, Anne Ellegood, Threshold, 53. Exposición Internacional de Arte, La Bienal de Venecia. Charta. Umbral, entrevista a Ivan Navarro de Natalia Arcos para ARTV.
4 Achille Bonito Oliva. 5 “Death Row”, Iván Navarro, 2006.

Perfil:

Iván Navarro nació en 1972 en Santiago, Chile, donde creció bajo el régimen dictatorial del General Augusto Pinochet. Entre 1991 y 1995, cursó estudios de arte en la Universidad Católica de Chile, recibiendo el grado de Licenciado en Arte con mención en grabado. En 1997, se trasladó a Nueva York, donde vive y trabaja desde entonces. Durante los últimos 10 años su obra se ha enfocado básicamente en la escultura lumínica. Ha expuesto activamente en toda Latinoamérica, en Estados Unidos y Europa, en sitios como el Museo Whitney, Nueva York; El Museo del Barrio, Nueva York; el Museo Hirshhorn, Washington DC; MOCA, Miami; Museo de Arte de Dakota del Norte, Grand Forks; SITE Santa Fe, Santa Fe; Witte de With, Rotterdam; Bienal de Praga 2, Galería Daniel Templon, París; Towner, Eastbourne; Distrito Cuatro, Madrid; Festival de Adelaida, Adelaida; Museo Nacional de Arte, Lima; Centro Cultural Matucana 100, Santiago; CAB, Burgos. Iván Navarro también fue elegido para representar a Chile en la LIII Bienal de Venecia, 2009.