Josefina Guilisasti: A Matter of Perception. Cecilia Brunson Projects, Londres

Por Helena Brum | febrero 21, 2016

El trabajo de Josefina Guilisasti revaloriza la dimensión antropológica, histórica y cultural de aquellos objetos que han dejado de tener voz.

Josefina Guilisasti, La Balsa de la Medusa, 2015

Josefina Guilisasti (Santiago de Chile, 1963) es una artista siempre en potencia silenciosa. Vive y trabaja en Chile pero actualmente tiene una exposición individual en la galería Cecilia Brunson Projects en Londres. Durante más de una década la práctica de Guilisasti se centró en el género de la naturaleza muerta, el género secular de la pintura de bodegones y su truco al ojo. Le interesó mirar la tradición obsoleta dentro de la historia del arte, como también investigar objetos domésticos obsoletos que pertenecieron a la vida cotidiana. Su trabajo revaloriza la dimensión antropológica, histórica y cultural de aquellos objetos que han dejado de tener voz. 

Para esta exposición, presenta un nuevo cuerpo de trabajo producido originalmente para el Museo de Artes Decorativas de Santiago en el año 2014 en el que Guilisasti intervino el museo con una serie de pájaros de porcelana, tazas y jarras, pero fabricadas en silicona. La exposición se llama Objetos Light y consistió en 55 piezas de silicona moldeados precisamente de artefactos de porcelana existentes. La intervención fue montada en vitrinas y en contraste con los objetos de porcelana reales de la colección, creando ese truco al ojo donde fue muy difícil de distinguir la obra presentada en silicona. Es a través de un video donde vemos los objetos cayendo al suelo que se revela el truco de la elasticidad y la silicona.

El uso de la silicona forma parte de los objetos más simples, como artículos de cocina. En ese sentido, trabajó con algunos materiales clásicos y otros contemporáneos, como la silicona, cuyo uso comenzó a masificarse a nivel industrial tras la Segunda Guerra Mundial aplicándose en la fabricación de diferentes elementos, desde prótesis mamarias hasta moldes para pastelería, artefactos muy comunes en la actualidad. En segundo lugar, y de allí el nombre de la muestra (Objetos Light), la artista buscó enfatizar la liviandad, elasticidad y capacidad de torsión que posee el material; propiedades que contrastan radicalmente con las características de la porcelana, materialidad original de los artículos a partir de los cuales se obtuvieron los moldes.

Dentro de la exposición se encuentra su trabajo más reciente y ambicioso, La balsa de la Medusa, un tapiz de lana tejida y seda que mide 326 x 259 centímetros. En ella una frontera de laureles rodea una reproducción del color de una fotografía tomada en 1939, muestra el momento en que la famosa pintura de Theodore Géricault La balsa de la Medusa fue evacuada del Louvre antes de que las tropas nazis llegaran a París . El tapiz logra tejer diferentes temporalidades en sintonía: la tradición histórica y técnica de los tapices y maestros tejedores; el momento en el que Géricault pintó el lienzo ; y el momento de percepción de la invasión de Hitler de Francia. Inspirado por el reciente saqueo de obras de arte y monumentos de Siria, con esta obra Josefina Guilisasti establece una compleja red de contextos históricos.

Actualmente Guilisasti se encuentra investigando la problemática del robo y destrucción de obras de arte como contra cara de los conflictos bélicos que han asolado al mundo en el último siglo, de lo que el Régimen Nazi y el Estado Islámico son casos paradigmáticos. Así inició la revisión de material fotográfico que da cuenta del fenómeno del expolio, el cual no solo queda expresado en este tapiz, sino que también en su próxima exhibición en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos en la ciudad de Santiago de Chile, en la que presentará cuatro óleos sobre tela de gran formato.