LAS ARTES GRÁFICAS DESDE UNA PERSPECTIVA PLURAL Y EXPANDIDA
Poner los patrimonios y los acervos históricos en diálogo con producciones contemporáneas resulta una lúcida estrategia no sólo para visibilizar esos acervos, muchas veces relegados a los depósitos de obra, sino para revisar ciertas genealogías de la historia del arte y para actualizar y refrescar sus narrativas que no en pocas ocasiones se han construido en torno a disciplinas y categorizaciones dogmáticas.
Bajo la curaduría de Silvia Dolinko y Cristina Blanco, “Transformaciones. La gráfica en desborde” parte de una noción expandida de lo que podríamos considerar “artes gráficas” para dar cuenta de las diversas transformaciones –materiales, iconográficas, sociales y políticas – que la imagen impresa ha experimentado desde principios del siglo XX hasta la actualidad.
Desde el propio título la propuesta de las curadoras apunta a señalar la potencia y versatilidad de la gráfica y el modo en que esta práctica ha impulsado y acompañado tanto procesos artísticos y experimentales como coyunturas políticas y sociales. Inaugurada en la Casa Nacional del Bicentenario -nueva sede del Museo del Grabado- la exposición reúne 40 obras de artistas y colectivos contemporáneos en diálogo con 70 obras del patrimonio del museo. Dirigido en su nueva gestión por Cristina Blanco, el museo busca activar y visibilizar su importante patrimonio, conformado por más de 8000 obras. “El grabado histórico como obra múltiple tiene una vocación de intervención, y nos interesa pensar que la gráfica contemporánea amplifica esta noción” señala Silvia Dolinko, doctora en Historia del Arte e investigadora del Conicet, quien se ha especializado en la producción gráfica argentina de los años sesenta.
Así, la muestra reúne obras de grabadores históricos como Adolfo Bellocq, Guillermo Facio Hebequer, piezas gráficas de León Ferrari, Juan Carlos Romero y la rosarina Mele Bruniard, y obras experimentales como las realizadas por el New York Graphic Workshop en los años sesenta, integrado por Liliana Porter, Luis Camnitzer y José Guillermo Castillo.
Pero sin duda el pontencial disruptivo de las artes gráficas se evidencia en la práctica de los colectivos y activismos contemporáneos como el Grupo de Arte Callejero (GAC), Iconoclasistas, Identidad Marrón y Nosotras Proponemos. La selección de obras, que incluye xilografías, litografías, serigrafías, afiches, publicaciones, sellos, stickers, proyecciones, entre otras expresiones de la gráfica de autoría individual y colectiva, refleja el modo en que esta práctica ha vehiculizado discursos críticos y experimentales y pone de relieve cómo la imagen impresa se torna particularmente efectiva para ganar la calle, buscando nuevos formas de operar en lo social desde el espacio público.