Lais Myrrha

Caixa Cultural, Sao Paulo

Por Silas Martí | septiembre 11, 2013

Las obras de este artista son, de algún modo, una oda a la inestabilidad. En escalas de grises y con una estética minimalista, Lais Myrrha investiga el síndrome que corroe a Brasil desde el comienzo de su proyecto de nación.

Lais Myrrha

Su paleta es la del arte concreto, el material brutalista que dio su rostro al modernismo en esta tierra tropical. Pero ese mismo modernismo se convierte en fetiche, una tradición que satisfizo el gusto de las elites en lugar de impulsar las cualidades de frugalidad que se suponía serían propiciadas por la revolución.

De manera que en su exposición individual que se presenta actualmente en La Caixa Cultural, en Sao Paulo, Myrrha eligió presentar en una posición prominente una obra en la que amplió ocho páginas de la Constitución del país y borroneó el texto, dejando una sola palabra en foco. Eligió el término “excepción” como una audaz síntesis de lo que este llamado progreso resulta ser en última instancia: la prosperidad concentrada en manos de unos pocos.

Sin embargo el trasfondo político es apenas visible en las obras. Myrrha trabaja con eufemismos, con la sutileza como arma silenciosa pero muy efectiva. En la sala contigua a la de la Constitución borrosa se erige un podio hecho de polvo de cemento, una estructura que se desintegra y que jamás podrá soportar el peso de potenciales vencedores. Pero Myrrha parece pensar que nadie resultará ganador en esta competencia.

La siguiente sala aloja un conjunto de cartografías subvertidas. Mapas de estrellas se atiborran de nuevas líneas que conectan a las estrellas más importantes de diferentes constelaciones con aquellas que las rodean; una red de trazos más densos y difusos que denuncia una lógica desconocida en los cielos. Myrrha parece decir que aquí uno debe buscar orientación en otro sitio, derrocando al concreto que resulta ser una plataforma menos que sólida para el progreso.