Liliana Porter

Galería del Paseo, Punta del Este

Por Victoria Verlichak | abril 12, 2011

“Son comentarios visuales que hablan de la condición humana. Lo que me interesa detrás de ellas es la simultaneidad del humor y la aflicción, lo banal y la posibilidad de sentido”, dice Liliana Porter (Buenos Aires, 1941), a propósito de su muestra en Galería del Paseo. Los trabajos volvieron a seducir tanto a sus seguidores como a los que se aproximaron a su obra por primera vez; y hubo muchos de estos últimos ya que en enero Punta del Este acerca a un público discriminante pero heterogéneo. El mundo según Porter está poblado de contextos y dispositivos cotidianos que, gracias a su sutileza y talento, se transforman en asombrosas narrativas.

The Other Side, 2010. Wood panel with metal figurine. 14 x 11 x 1 1⁄2 inches.

La exhibición reunió 15 obras en pequeño formato -video, instalación, collages, objetos- que ensayan nuevas miradas sobre asuntos tan viejos como la humanidad, la vida y la muerte, el poder y la manipulación. El conjunto presentado es una poderosa síntesis de varias décadas de actividad artística, desarrollada a partir de 1963 en Nueva York. La remoción de límites entre lenguajes diversos y la frescura con la que Porter reflexiona acerca de situaciones tan corrientes como inverosímiles, presentadas a través de heterodoxos pero creíbles protagonistas, inspiran al espectador. Con ideas potentes y envidiable humor, la artista desarrolla una absurda lógica creada a partir de gestos mínimos concretados de forma impecable. En casi todas las piezas, reconocibles o anónimas figuritas inanimadas emprenden desde su pequeñez titánicas tareas, las más veces sin éxito. Más descarnado aún, el video Matiné (2009, video digital, 20:43 m., con Ana Tiscornia y música de Sylvia Meyer) despliega más de 20 escenas mínimas con figuras de pollos, soldados, patos, conejos, muñecas que desfilan ante la cámara. Inexistente liviandad es estas apariencias que, sucesivamente trastocadas por gestos tragicómicos, se constituyen en metáforas de la fragilidad de la existencia, del status quo.