Luis Camnitzer

Alexander Gray Associates, New York

Por Laura F. Gibellini | julio 20, 2010

En esta segunda muestra individual del uruguayo en la neoyorquina Alexander Gray, Luis Camnitzer (Lübeck, 1937) considerado una figura central del arte conceptual latinoamericano reflexiona, una vez más, sobre el régimen dictatorial que gobernó Uruguay entre 1973 y 1985. En esta ocasión Camnitzer, con una estética minimalista que, si bien hemos visto en otras ocasiones, no es su único recurso poético replica el directorio telefónico de Montevideo, insertando en él los nombres de los cerca de 300 desaparecidos durante la dictadura.

Memorial (detail), 1999. Pigment print, 195 pieces, 11.7 x 9.4 in. each. Memorial (detalle), 1999. Impresión de tinta, 195 piezas de 29,8 x 24 cm. c/u

Así Memorial consiste en la instalación de 195 páginas de dicha guía, convenientemente enmarcadas en un sobrio marco negro y dispuestas, una tras otra, como si de un archivo se tratase. Las páginas son, en apariencia, indistin- guibles de las de un directorio telefónico convencional y los nombres de los desaparecidos no se diferencian del resto.

De este modo Camnitzer, en un tratamiento del arte político ajeno a la propaganda o a la ilustración gráfica, incide con precisión y sensibilidad en una de las problemáticas de toda tragedia político social: la invisibilidad del acontecimiento. El artista hace así visibles a los desaparecidos ocultándolos, en una reflexión tan sutilmente poética como compleja sobre la inutilidad de la clasificación. Nada en sus listados destaca a las víctimas de los agresores de modo que la ambigüedad se instala para dar cuenta de un profundo contenido conceptual, donde el propio lenguaje y su ordenación se convierten en protagonistas.

El trabajo de Camnitzer, instalado en Nueva York desde 1964, ha sido mostrado ampliamente en el panorama internacional pero permaneciendo fiel a su concepción del arte como producto reflexivo, más que como pieza mercantil.

Hasta el día 31 de julio podrá verse en la Zentral Bibliothek de Zurich la instalación El Último Libro, una colección de testimonios visuales y escritos de más de 680 artistas de 50 países puesta en marcha y recopilada por el artista para crear un legado para la posteridad.