Magdalena Atria
Centro Cultural Matadero, Madrid
Magdalena Atria (Santiago de Chile, 1966) se ha caracterizado a lo largo de los años por mantener una actividad constante en el trabajo con el color. Cercana a ciertos elementos de la abstracción más geométrica, la producción que ha realizado la artista chilena expresamente para el Centro Cultural Matadero es un buen ejemplo de consolidación de su tratamiento de la gama cromática y la relación de su obra con lo orgánico y la naturaleza. De hecho, Cenotes puede considerarse paradigmática tanto en el concepto como en la ejecución.
Girando en torno al concepto geológico de los dzonot, palabra maya para designar en México a los pozos de agua dulce generados por el acto erosivo, Atria transforma el espacio en un entorno mágico, en el que las bases de las columnas que sustentan el techo del antiguo matadero de Madrid se decoran con alfombras de plastilina que abren otros mundos. Estos universos son los mismos a los que ya se hacía referencia en el Popol Vuh y donde se celebraban actos religiosos que permitían la entrada al Xilbabá, el inframundo maya, a través de esas puertas sagradas. Las formas circulares, resultantes a su vez de miles de figuras, aparecen iluminadas, acentuando el efecto cromático de esas geometrías oníricas dentro de la oscura estructura de la nave y llevando a un nuevo nivel conceptual la conexión con lo fantástico y la imaginación a través de la relación del material, típicamente infantil, y del resultado formal.