María Nepomuceno
Magasin 3 Konsthall, Stockholm
No es necesario recordar cuánto debe el arte contemporáneo brasileño a las raíces indígenas, a sus pueblos y al proceso de colonización, que han permitido desarrollar, durante este siglo y el pasado, algunas de las propuestas más interesantes y reconocidas en el panorama artístico internacional. La de María Nepomuceno (Río de Janeiro, Brasil, 1973) comienza a ser una de esas nuevas y prometedoras carreras artísticas marcadas por la tradición contemporánea brasileña.
La sala que acoge Always in a Spiral, su segunda exposición indi- vidual en Europa, se ha convertido en un jardín, un conjunto orgánico formado por diversas composiciones que mantienen la uniformidad que, a veces, otorga la naturaleza. La instalación consta de varias piezas confeccionadas con fibras de soga y abalorios que constituyen formas espirales que responden metafóricamente a la imagen del cuerpo y de la naturaleza, del cordón umbilical que conecta con la nueva vida. Nepomuceno parte también de la imagen de la hamaca, que en ciertas culturas amerindias representa un lugar de nacimiento, descanso y lecho de muerte. Las hamacas de Nepomuceno, muchas de las cuales semejan úteros, con tienen abalorios algunos únicos y de gran tamaño, otros insignificantes si no estuvieran en grupo, que simbolizan de alguna manera el fruto del vientre. Estas hamacas, con- feccionadas originalmente con fibra vegetal, son realizadas para la ocasión con materiales también tradicionales, obvian- do los materiales sintéticos, en un guiño más hacia la natu- raleza, inseparable de los orí- genes antropológicos y cultur- ales a los que se refiere.
Pero la artista va más allá y se adentra en la materialización de lo orgánico como cualidad intrínseca de la naturaleza y de los seres vivos, adquiriendo este concepto una importancia decisiva en su obra. Cada vez que Maria Nepomuceno expone, altera sus pro- ducciones añadiendo, quitando o modificando ciertos aspectos y formas. Así, con esta acción que podríamos tildar de preformativa, tan propia del género humano, convierte sus obras en específicas para cada proyecto y retoma la referencia de que las espirales o las cuerdas de las que parten esos cambios son, como referencia a lo natal, puntos de nacimiento para nuevas propuestas.