Mariano Favetto
Galerie Argentine Paris
El paisaje es, en realidad, el condensado o el producto visual de una actitud contemplativa ante el mundo, que si al comienzo se manifestó sólo en la reproducción de los campos, el cielo o los mares, se proyectó luego con fuerza sobre el resto del mundo. En este sentido lato y no estricto, la fotografía en su conjunto es inseparable del paisajismo. Más aún, es la primera de una serie de revoluciones técnicas en el terreno de la producción de imágenes, cuyo logro más reciente es la imagen generada por computador, y que no han hecho más que expandir y perfeccionar el paisajismo que por primera vez se hizo explicito en la pintura de paisajes.
Porque - tal como se han encargado de subrayar pensadores tan distintos entre sí como Walter Benjamin o Gilles Deleuze − lo que la fotografía hizo en su momento fue lo que los cuadros de pai- saje holandeses ya habían hecho en su época y con sus medios específicos: darle importancia a lo que no tiene ninguna.
Como parte de esta nueva generación de artistas latinoamericanos, Mariano Favetto sorprende con “La pampa tiene el ombú”, conjunto de obras y videoproyección en la galerie Argentine Embajada Argentina. Empleando fotografías tomadas entre las ciudades de Buenos Aires y Coronel Suárez, la obra altera la intención del ojo, la costumbre de la mirada, obligando al espectador a internarse en casi microscópicas versiones de un cosmos de píxel y formas deconstruídas. Los paisajes virtuales, una intrigante mezcla de imágenes y conceptos paradójicos, hacen trabajar a las ideas y generan ilimitadas variaciones líricas. Obligan a una mirada penetrante para intentar dilucidar las pistas reales y de ficción que el artista entrelaza. En una doble acción, la obra legitima lo cotidiano e ilumina una ruptura que le otorga una reveladora dimensión, rica e insospechadamente fuera de tiempo y lugar.
Artista multimedios y creador imaginativo, aborda cada obra como un estudio de armoniosos arreglos y recursos visuales que sirven para trascender momentos exactos en el tiempo, invitando al público a descubrir, participar, e interpretar. A través del proceso de creación de esas imágenes, Favetto desafía nuestro modo de ver, y lo familiar se convierte en algo para la contemplación, de acuerdo con un conjunto de reglas y asociaciones totalmente diferente basado en el concepto del fractal: la ecuación matemática que genera una forma donde cada parte es igual al todo, y que fue la base de la representación por computadora. Los diferentes marcos de tiempo que implican movimiento en el espacio reflejan una serie de percepciones diferentes que el artista encontró al regresar a Buenos Aires después de más de diez años de ausencia y que ampliaron la conciencia que él tenia acerca del significado exacto de dichas percepciones. La visión es una forma de inteligencia y la identificación un modo de bienestar. Su obra interroga los procesos de percepción visual, estimula la duda y nuestra capacidad a mirar las cosas y como analizarlas. Sus imágenes nos confortan en lo que respecta a nuestro sentimiento de familiaridad, pero sobre todo, nos hacen capaces de invertir el proceso de identificación. Mariano Favetto evoca la naturaleza como un misterio, tradu- ciendo la tranquilidad que siente en su contacto visual. Cada fotografía está templada por el mensaje personal del artista, quien se concentró en crear una armonía que contiene todas sus realidades de diferentes lugares. Para cada fotografía diseñó una invitación personal a ver el mundo. A través de ese refinamiento reducido a la parte más pequeña, el píxel, la imagen deviene una evocación furtiva, una visión sintética donde cielo, tierra y nube se entrelazan.