Mario Testino
Thyssen-Bormemisza, Madrid
Es cierto que, más allá de todo lo que tan gencialmente pudiera tocar la parte comercial que rodea esta exposición, existe un importante trasfondo artístico en la obra de Mario Testino (Lima, Perú, 1954), que debe ser a lo que uno se acoja a la hora de plantear los aciertos de su inclusión en las paredes del Thyssen- Bornemisza. Con un interesante muestrario de las obras más representativas de sus últimos quince años, Todo o nada puede plantearse como un recorrido entre las dos facetas del fotógrafo de moda: aquella pública, la comercial, la que se observa con deseo y dota de contenidos el papel cuché; y aquella más intimista, donde los cánones publicitarios quedan relegados a un segundo plano.
En la fotografía de moda, al igual que en la publicitaria, la edición posterior de un retrato tiene tanto peso como el ojo del fotógrafo. Pero es precisamente ese segundo aspecto donde en la obra de Testino prima la espontaneidad, la naturalidad a partes iguales en el momento del disparo como en la modelo que posa sin ataduras. El contraste entre las obras de mundos a priori opuestos –vestimenta y desnudez– permite al espectador ser consciente de la ironía que rodea a veces al mundo de la moda. Intimidad y frescura, rectitud y disciplina, retoques y naturalidad, conceptos que, aunque algunos antagónicos, conforman el todo de la obra del fotógrafo peruano que, con especial habilidad, ha conseguido colgar de las paredes de una pinacoteca un mundo destinado al consumo efímero.