Marta Chilidron
Construcciones en Cecilia de Torres
El pasado mes de octubre, en su tercera y más reciente muestra, “ Constructions” (Construcciones), que tuvo lugar en la galería Cecilia de Torres, la artista argentina Marta Chilindron presentó una serie de siete obras − todas las cuales resaltaban y hacían hincapié en los temas que han caracterizado su arte en los últimos años: el movimiento, la geometría, las reacciones a la luz y la diferencia entre la percepción y la realidad.
Si los temas que le interesaron en el pasado son evidentes para aquellos que han venido siguiendo su obra a lo largo de la última década, ahora también es posible discernir resultados más complejos y una consistencia bien cimentada. Existe una idea y ésta es visible en toda la instalación. Como señala la artista: “Reflexionando acerca de la noción de la percepción, analicé nociones relativas al cambio, la secuencia, el principio y el fin. Al admitir que todos estamos sujetos al cambio permanente, llegué a la idea de crear obras sin una forma definida, que pasarían de la bidimensionalidad a la tridimensionalidad y nuevamente a lo bidimensional.”
Embarcada en una etapa meditativa, se desliza entre la realidad y los juegos de la mente, provocando nada menos que una sensación visual de realismo y una percepción errónea de existencia. Los cortes y transiciones inesperados en sus construcciones consistentes en placas de policarbonato y acrílico, duras, coloridas y transparentes y articuladas por medio de bisagras constituyen una combinación inusual de naturaleza y artificio, un modo integral de comprender el mundo como existente en diferentes manifestaciones y en diferentes momentos. Su utilización de placas de acrílico torna a sus obras reflectantes y transparentes, casi invisibles.
De un modo u otro, todas ellas involucran al espectador en un esquema en el cual “lo real y lo imaginario se confunden en la misma totalidad operativa” − que implica una “suerte de sexto sentido para la artimaña, el montaje, los escenarios”, como escribiera Baudrillard en 1992 en El hiperrealsimo de la simulación. Chilindron promueve una estética de la ambigüedad al crear ambientes/atmósferas que deliberadamente confunden lo perceptible y lo hipotético. Como resultado, las Construcciones pueden verse simultáneamente como artificio y como vastos espacios interiores. El tema de la percepción y la realidad surge con más frecuencia cuando un artista trabaja con medios digitales que emplean el movimiento. Las estrategias de Chilindron implican “inestabilidad” e “ilustran el cambio continuo en nuestra incierta realidad”. Dentro del contexto de los medios de comunicación, las distinciones entre lo que es natural y lo que no lo es “han desaparecido, afortunadamente” y los límites entre los distintos niveles de realidad e imagen intrigan permanentemente a los espectadores, como lo expresara Ron Burnett en el libro How Images Think (Cómo piensan las imágenes). Sin embargo, no se incluyen medios electrónicos en estas Construcciones − una denominación que la artista prefiere a la de “esculturas” con referencia a sus obras − en cuatro dimensiones. Podría llamárseles ambientes, que al exhibirse en la galería, llenan el espacio con formas y luz que llevan al observador a indagar en su significado y como dijera Burnett, buscar los límites entre la percepción y la realidad. El nexo entre la percepción y la realidad invariablemente adquiere matices inusuales, ya que lo que el espectador ve siempre expresa o evoca algo diferente. Como ocurre con los sueños, o con la presencia y la ausencia, las construcciones de Chilindron no son explícitas.
Aquí la inspiración para sus construcciones son los elementos de la naturaleza: el fuego, el agua, etc. Quiere que el espectador se vea inmerso en y rodeado por su obra. La intención es crear una naturaleza falsa, una realidad falsa, que puedan ser manipuladas y controladas. Las piezas se basan en formas geométricas, lo que las vuelve más simples y fáciles de comprender. Crean una realidad simplificada que todos podemos reconocer y acerca de la cual podemos estar de acuerdo.
Más bien parece que se sintieran a gusto con el placer que ofrecen a la retina y al intelecto. Poseen un aspecto formal presente en sus cualidades estructurales − o en la efectiva organización de los elementos por medio de la utilización de los principios del diseño y de la geometría. Las bases geométricas de las construcciones de Chilindron pueden organizar nuestra percepción de los tiempos caóticos que vivimos en la actualidad al requerir que los espectadores se tomen su tiempo.
En contraste con los aspectos formales que se pueden encontrar en su obra, sus procesos visuales y perceptivos ofrecen una dosis potente de emoción, o una estética que pone el énfasis en las cualidades expresivas de la obra. Esto gradualmente induce una vívida transmisión de estados de ánimo, sentimientos e ideas que se funden en imágenes disyuntivas presentadas por medio de un montaje inesperado y estructurado en capas. Chilindron pliega y corta, creando ambientes inusuales y coloridos y permitiendo al espectador construir su propia realidad. La obra se construye a sí misma partiendo de una serie de paneles planos, plegados y abisagrados, transformándose en un objeto real en el espacio real, y que por medio de unos pocos plegamientos, podría colapsar y recuperar su forma plana.
Hoy en día, existen diferentes formas de narrar y de revelar acontecimientos; los medios de comunicación masiva no constituyen la ruta única e inevitable. El arte es aún un medio poderoso, a pesar de la condición mercantilista kllkñglñ,,,ñ.,b.,.ñgv del actual mercado global de arte. El observar el mundo detenidamente implica comprender las sutiles conexiones entre la aparente estabilidad de nuestra rutina diaria y los complejos subtextos que mantienen a flote (sorprendentemente) a la forma de vida moderna. Los objetos aparentemente frágiles de Chilindron plantean una reflexión sobre las posibilidades y los desafíos de representar visualmente la movilidad, el desplazamiento y la circulación de las personas. Como ella misma lo señala, son pequeñas redes en las cuales todos los elementos son indispensables para crear el objeto en su totalidad. Y a diferencia de las cualidades estáticas de los objetos, esas construcciones/ambientes irradian una sensación de movimiento hacia adentro y hacia afuera de las imágenes. En su forma ficticia, disimulada y dispersa, subyace una exploración de espacios y movimientos que infunde a la construcción una fuerza emocional a través de una secuencia de yuxtaposiciones que desorientan. La obra es al mismo tiempo reflectante y transparente y responde de diferente forma a las variadas condiciones de iluminación y a las distintas perspectivas visuales.
Mientras que otras muestras compuestas por siete obras pueden recorrerse en un par de minutos, no es el caso de esta exposición. “Constructions” plantea una plétora de incoherencias, incluyendo nuestra falta de voluntad para tratar con la inestabilidad en el plano cotidiano − donde la ambigüedad y la imprevisibilidad han sido desterradas − lo cual requiere tiempo. ¿Cómo podría reflejarse este nuevo estado de cosas en la producción, la recepción por parte del público y la comprensión del arte contemporáneo?
* Curadora Externa, Museo Reina Sofia, Madrid, curadora independiente y escritora.