Martín Bonadeo

Pabellón de las Bellas Artes UCA, Buenos Aires

Por Victoria Verlichak | diciembre 21, 2010

El cielo en la tierra, de Martín Bonadeo (Buenos Aires, 1975) da cuenta de una mente inquieta y apasionada con las posibilidades de la tecnología. Arte y ciencia comparten la búsqueda y el placer de la creatividad y el descubrimien- to de lo imperceptible. El Pabellón de las Bellas Artes de la UCA (Universidad Católica Argentina) creado en el año 2003 a partir del reciclado de los docks portuarios de comienzos del siglo pasado, en Puerto Madero es el escenario donde conversan una serie de dispositivos que, según el artista, “proponen poéticas sobre la tesis/antítesis cielo/tierra”.

El Cielo en la Tierra, Photography/ Fotografia. Courtesy of the artist/Cortesía del artista.

El repertorio visual que presenta el artista incluye anuncios y mapas, fotografías y proyecciones, instrumentos de medición y orientación, trampas para el ojo. “Usted está en el cielo” reza una frase en los carteles de señales de tránsito y planos en azul y blanco que inician el recorrido de esta confrontación entre ilusión y realidad. La muestra discurre entre metafóricas interpretaciones y simbólicas reconstrucciones vinculadas al espacio celeste, desde el planeta Tierra. ¿Los campos magnéticos de docenas de brújulas que se obstaculizan entre sí, pegadas sobre tableros de madera y desplegadas en Buenos Aires, simbolizan el penoso estado del mundo?

Bonadeo exhibe tres series de fotografías donde fantasmagóricas nieblas borran las siluetas de los edificios y persisten en ampliar el horizonte, imágenes en las que se observan secuencias de fotos satelitales intervenidas y fotos en cajas de luz. Tres proyectores de diapositivas dibujan otras versiones nocturnas del cielo protector, mientras que tres relojes de arena diseñan inesperados horizontes, que también se manifiestan con distintas perspectivas en dos esculturas hechas con termómetros. La instalación El color del cielo, con tiras de muestrarios de colores modificados con pequeñas lentes, subraya los nombres de colores de pinturas que aluden al cielo. Cielo y tierra, tan lejos y tan cerca, se encuentran y confrontan en una muestra que no precisa explicaciones discursivas para ser valorada.