Miler Lagos

Espacio Odeón, Bogotá

Por Camilo Chico Triana | enero 28, 2013

La escena Rompimiento de Gloria, en la que una fuente de luz irrumpe detrás de unas nubes imponiéndose como un espacio para la contemplación, propia del barroco, da título a la exhibición presentada por Miler Lagos en Espacio Odeón. Compuesta de tres video-instalaciones y algunas fotografías relativas al paisaje, más bien sugiere la relación de los seres humanos con él, y alcanza a traducirse en una intensa reflexión sobre el tiempo.

Miler Lagos

La obra principal de la exposición se proyecta sobre una tela extendida en el techo de la sala principal del antiguo Teatro Odeón, construido en 1941 y concebido para la proyección de cine. El título, LAT 65.31N LONG 114.13W, indica la posición geográfica desde donde partió en 1845 la expedición de rescate de Sir John Franklin en el ártico canadiense. El encuadre cenital, constante en todo el video, involucra una mirada inusual para las representaciones tradicionales del paisaje, busca una expansión del alcance de la experiencia visual que convierte el paisaje en un espectáculo sublime, como lo indica el artista en el texto que acompaña esta obra.

El segundo video: Kanipinikassikueu o el Hombre caribú, debe su nombre a una leyenda de los nativos Innu. Narra la historia de un hombre de esa tribu que decide vivir con los caribús, que consigue casarse con una joven de la manada, y que logra ser uno de ellos; así, alcanza a transformarse en una existencia sobrenatural que será la que protege y da permiso a la tribu Innu para cazar a los caribú, para comerlos y aun para aprovecharlos para otros usos. En este video, un encuadre único de un Inuksuk –monumento de piedras apiladas, a semejanza de humano- a contraluz, con algunas formas que parecieran ser cuernos de caribú, con pequeñas piedras que le cuelgan y que chocan entre sí por el movimiento del viento. Un viento que solo las altera a ellas, y a nada más en la escena. Ese interés sobre el sonido que produce el choque de las piedras, invoca el tácito ritual que esta poderosa imagen transmite, ausencia y a la vez presencia de los seres humanos en una tierra tan inhóspita como puede ser el ártico canadiense.

Finalmente Skipping Stones, es un video en el que una piedra es lanzada al agua, rebotando varias veces sobre la superficie antes de hundirse, pasatiempo conocido en Latinoamérica como hacer sapitos, en él se observa un entorno en apariencia estático que es interrumpido por el golpe de la piedra que altera el movimiento del agua, en un encuadre que supone al espectador como personaje que ejecuta la acción. Cada uno de estos tres videos con un encuadre fijo y único, invita a contemplar aquel paisaje que nos rodea, que también es único y fijo, sugiriéndonos una de las posibles maneras de relacionarnos con él, usar nuestro tiempo en observar los pequeños cambios que en él acontecen, como metáforas de nuestra propia existencia.