Pablo Accinelli
Luisa Strina, Sao Paulo
Si tuviera cuerpo y peso el espacio entre dos páginas de un libro, estaría hecho de hormigón. Por lo menos, así lo propone el artista argentino Pablo Accinelli en una de sus obras expuestas en la galería Luisa Strina, de San Pablo. Son trabajos que tratan de tomar las medidas a la realidad, como si extendieran aspectos de cada objeto en el espacio.
Accinelli parece buscar una perfección inalcanzable en el orden del mundo, medidas que resultan poco precisas o nada armónicas, aunque sus referencias a veces se relacionen con las propuestas utópicas de la modernidad. No es accidental el uso del hormigón, por ejemplo, material por excelencia de la arquitectura modernista, tampoco el solapamiento de formas de sus collages de círculos negros sobre páginas blancas. En esa serie, colgada en una pared, Accinelli crea un espacio alternativo, como si ilustrara el paso imperfecto del tiempo a través de formas perfectas sobre fondos que están lejos de serlo, los cortes de hojas en negro profundo sobre papel manchado por la edad. Para otra obra el artista construye dos cajas idénticas separadas por un espejo, como si las doblara al cuadrado en el espacio, la subversión de las dimensiones de un cubo, que parece desplazarse al mismo tiempo que existe más allá del espejo. Así, Accinelli sugiere una creencia en el espacio más fuerte que sus medidas.