Pablo Bronstein
Metropolitan Museum New York
Pablo Bronstein, (1977, Buenos Aires, residente en Londres) es el sexto artista presentado en la nueva serie de exposiciones individuales de artistas jóvenes que realiza anualmente el Museo Metropolitano de Nueva York, y que ha incluido desde el 2005 a Tony Oursler, Kara Walker, Neo Rausch, Tara Donovan y Raqib Shaw. El artista ha exhibido en Londres y Turín, y es admirable que realice su primera muestra individual en Estados Unidos en este museo.
Bronstein trabaja en la guisa de investigador y arquitecto, y explora la recepción de varios periodos históricos, y prácticas artísticas especialmente los estilos barroco manierista y neoclásico francés para recrearlos en dibujos, instalaciones y libros. Pareciera que su mirada de la historia es cíclica, pues ya entrado el siglo XXI, sus apropiaciones y comentarios incluyen, además de las épocas mencionadas, las estrategias y pastiches del post-modernismo vistos con mirada historicista; su obra nos remite a la estética de apropiaciones y “revivals”, advirtiendo como el gusto por los excesos del barroco y el nuevo aprecio por la ornamentación han sido reacciones características contra la racionalidad y cánones de “buen gusto” del modernismo.
Para esta ocasión, el artista realizó una serie de siete dibujos arquitectónicos imaginarios de gran formato, que presentan episodios de una historia mítica del mismo Museo Metropolitano, acompañados de una serie de dibujos generados en computador que articulan futuros hipotéticos del Museo. Entre los primeros se incluye una visión, impresionante por su magnitud, de la construcción de la fachada del Met, como si hubiera sido erigido de una sola vez, lo que no corresponde a la realidad de construcción por etapas y acumulativa a través de décadas, que ha resultado en la apariencia actual del edificio; otro gran dibujo describe el evento imaginario del transporte y llegada del gran Templo egipcio de Dendur al Museo por la Quinta Avenida, como un gran desfile napoleónico imperial; también se incluye un dibujo de dos instalaciones de la colección de obras pre-colombinas no exentos de cierto humor por su hibridez, pues ambas son reorganizaciones de los objetos en paredes con ornamentaciones neo-clásicas.
En estos dibujos, Bronstein utiliza sus referencias historicistas no sólo para realizar comentarios acerca de las ideologías de estilos y épocas de la historia del arte, sino también para señalar ambiguamente, por un lado su admiración por la riqueza visual, espectáculo y empeños de los grandes museos europeos, que comparte con las instituciones estadounidenses que los han tomado como modelos, y por otro, realizar una crítica de las implicaciones ideológicas y estructuras de poder actuadas en la teatralidad de esos espacios arquitectónicos. Este examen acerca de los excesos, tendencias optimistas y expansionistas institucionales contrasta con la serie de dibujos digitales, más pequeños, que en técnicas nada heroicas − en la forma de planos de desarrollo baratos actuales − presentan una historia ficticia hacia el futuro, una hipotética realidad arqueológica de decadencia, abandono y ruina, que nos remite a las posibilidades de la situación económica actual; entre ellos se incluye una vista del muy nacionalista patio de esculturas norteamericanas, la más reciente renovación del Museo, invadido por una selva tropical.
La obra de Bronstein se inspira y establece alusiones inteligen- tes con grabadores del siglo XVIII, especialmente Giovanni Battista Piranesi, (Venecia, 1720- Roma, 1788), quien desarrolló de manera imaginativa el popular género de los “vedute”, grabados de “vistas arquitectónicas” que exaltaban los encantos de la ciudad; este gran defensor de la ecléctica estética romana ver sus la idealista griega, creó composiciones altamente capricho- sas de mundos fantásticos, antecedentes de la nostalgia roman- ticista por la belleza de ruinas en abandono. Las obras de Bronstein reviven este género desde la óptica del siglo XXI, para presentar sólidas consideraciones conceptuales.