PhotoEspaña 2010 Different Venues Madrid, Cuenca, Lisbon

Por Álvaro de Benito Fernández | octubre 02, 2010

Por un año más, y ya van trece, Madrid ha sido el epicentro del desarrollo de una nueva edición del Festival de Fotografía y Artes Visuales, PhotoEspaña 2010. En esta ocasión, la capital española se ha visto acompañada de la cercana Cuenca, así como de Lisboa, para presentar los trabajos, pasados y recientes, de 372 artistas procedentes de 41 nacionalidades repartidos en cerca de setenta exposiciones. La nómina de fotógrafos sigue siendo de excepcional atractivo, reuniendo en los recorridos obras de maestros y veteranos como Lászlo Moholy-Nagy o el suizo Roman Signer, junto con las de los valores más actuales de la fotografía. La presencia latinoamericana en esta edición estuvo protagoniza- da por numerosos nombres, tanto en la propia actividad expositiva del festival, como en el reconocimiento de la fotografía de Iberoamérica en alguna de sus iniciativas y premios.

Rafael Lozano-Hemmer. Company of Colors (Shadow Box), 2009. Interactive high-resolution screen with integrated digital moni- toring system, 55 x 31.5 x 4.7 in. Pantalla de alta resolución interac- tiva con sistema integrado de seguimiento informatizado. 140 x 80 x 12 cm.

El Círculo de Bellas Artes madrileño acogió la muestra Volverse aire, de Óscar Muñoz (Popayán, Colombia, 1951), en la que se presentaron varias de sus obras en las que ha venido trabajan- do con referencias claras en la búsqueda de las relaciones del tiempo y de la realidad, así como de la durabilidad. Con un manejo asombroso de diferentes técnicas visuales, desde la instalación a la fotografía pasando por el vídeo, Muñoz se ha con- vertido en uno de los grandes nombres en Latinoamérica en afrontar lo cambiante y la temporalidad. Adriana Lestido (Buenos Aires, Argentina, 1955) desembarcó en Casa de América con una exposición de algunas de sus más celebradas series, tales como Madres e hijas o Mujeres presas. Desde sus ensayos fotográficos realizados en los años ochenta, en los que abordaba los aspectos sociales de las relaciones en la maternidad, Lestido propone un recorrido que ahonda en las emociones, la intimidad y la soledad en este proceso fundamental en el que se refleja una parte muy importante de la identidad de la mujer, y de una forma mucho más reflexiva y trascendente que la del documental que se nos muestra como elemento formal.

Dentro también de la sección oficial en la que participaron las dos muestras anteriormente citadas, encontramos la exposición de Alejandra Laviada (Ciudad de México, 1980) en la Sala El Águila. Como ganadora de la edición de 2009 del premio “Descubrimientos”, esta joven mexicana se ganó el derecho de presentar en el festival sus más recientes proyectos. Para cada uno de ellos elige un espacio que está a punto de derribarse y situar en él, como ocurre en su serie Photo Sculptures, poéticas esculturas que quedarán inmortalizadas a través de la fotogra- fía. En las obras de Laviada se sugieren narraciones de momen- tos concretos, así como una exploración de la relación entre las distintas disciplinas artísticas. En la colectiva Encubrimientos, celebrada en el Instituto Cervantes de Madrid, se expusieron trabajos correspondientes a los portafolios revisados en Descubrimientos PHE en 2009, entre los que destacó Oleoducto, de Maria Teresa Ponce (Quito, Ecuador, 1974).
En la conquense Fundación Antonio Saura, Gerardo Suter (Buenos Aires, Argentina, 1957) participó dentro de la sección especial OpenPhoto con una propuesta en la que presenta su relación con el simbolismo mexicano a través de lo intrínseco de los elementos fotografiados, situados o parte de ciudades tanto precolombinas como modernas y cosmopolitas de México. Fuera de la sección oficial, y dentro de la participación latinoamericana, destacó la propuesta Vigilancias materializadas, de Rafael Lozano-Hemmer (Ciudad de México, 1967) en Max Estrella. En ella, y girando sobre el eje de la vigilancia y su informatización, se presentaron cinco instalaciones en las que cada una cobra vida propia para responder a las interacciones del público y en las que se ironiza con el objetivo de crear un sentimiento de complicidad entre su obra y el público. Además de la excelente acogida de las exposiciones, la fotografía lati- noamericana estuvo también de enhorabuena con la concesión del premio PhotoEspaña 2010 a la fotógrafa mexicana Graciela Iturbide (Ciudad de México, 1942), a la que el jurado valoró por su aportación a los valores de la nueva fotografía.