Ricardo Piglia-Eduardo Stupía

Jorge Mara-La Ruche, Buenos Aires

Por Victoria Verlichak | junio 13, 2012

Ante la potencia de los nuevos soportes multimedia de textos, el bello volumen Ricardo Piglia-Eduardo Stupía. Fragmentos de un diario aparece como un alegato a la permanencia del libro impreso. Piglia (Argentina, 1941) lleva un diario privado desde hace más de 50 años y Stupía (Argentina, 1951) está en la escena pública desde su primera individual en 1973. En la intersección de las sensibilidades artísticas de los autores, volumen y muestra comparten la intensidad de la poesía y la fecunda incomodidad del pensamiento crítico.

Ricardo Piglia-Eduardo Stupía

Recorte de los años que pasó enseñando en la Universidad de Princeton, Piglia escribe, desdoblado y multiplicado, y, como toda memoria, ésta es considerablemente algo más que la voz del autor; transmite el aire de una época, subraya datos de una estación de la historia. Las obras de Stupía no ilustran el contenido del diario sino que enlazan el vínculo entre dos espíritus afines. Así, exhibe 22 imágenes (técnica mixta sobre papel, 40 x 60 cm.) -contando los 10 originales del libro- que condensan dos vertientes de su obra: dibujo y collage. Stupía suma recortes de publicaciones a los dibujos que escribe y reescribe, resultando en inspiradas caligrafías, disparatadas líneas, borrones y acumulaciones de manchas y veladuras.