Rosario Bond / Alicia Meza
Curator’s Voice Art Project. Miami
Curator’s Voice Art Project es un proyecto de gestión cultural salido de las manos de Milagros Bello, crítica y curadora venezolana radicada en Miami. El mismo se propone un acercamiento a las artes desde la perspectiva curatorial que avale la obra y propuestas de artistas contemporáneos. Tal es el caso de las dos muestras personales que inauguran el proyecto: Beautiful Trash, de Rosario Bond y Tarsiers, a cargo de Alicia Meza; ambas muestras centradas en la problemática ecológica a través de dos perspectivas enteramente diferentes.
Tal es el caso de las dos muestras personales que inauguran el proyecto: Beautiful Trash, de Rosario Bond y Tarsiers, a cargo de Alicia Meza; ambas muestras centradas en la problemática ecológica a través de dos perspectivas enteramente diferentes.
Posicionada ante el tradicional arquetipo de belleza femenina que restringe y sentencia, Rosario Bond, originaria de República Dominicana y radicada en Miami, nos propone un acercamiento sui generis al tema de la belleza. Bond ha escogido justamente el punto de declive de ese tan frágil territorio que es el culto a la belleza per se. Sus instalaciones se componen de acumulaciones de objetos fútiles, frutos de la vanidad y la norma social restrictiva dictaminadora de roles que amordazan: artefactos fruto de la moda y culto de la beldad, fascinantes y terribles arquetipos de nuestro tiempo.
Desde el punto de vista formal, domina el gesto neo-expresionista aunado al gusto por el dripping que a modo de marea negra contaminante cubre todos los elementos como velo fatídico generando amasijos oscuros de desechos de la sociedad post-industrial: historias personales comprensibles sólo a medias. Las esculturas de Bond son una suerte de mitología urbana abrumadora no exenta de sarcasmo: tótems fantasmagóricos, estados de alerta acerca de peligros inminentes de la sociedad contemporánea. La obra de Alicia Meza, artista venezolana radicada en Washington, actúa como el contrapunto propicio. Emplazada desde la naturaleza y el deseo de sobrevivencia, Meza utiliza la figura icónica del Tarsius Tarsier o tarsero fantasma, uno de los primates más pequeños de que tengamos noticia que por casi ocho décadas creíamos extinto, como elemento central de su propuesta. Meza reproduce la figura del tarsero en resina translúcida de diferentes colores. Los graciosos figurines son distribuidos por las paredes y techo de la galería, como colonias de caprichosos moradores que se abren paso en medio de la frialdad del cubo blanco. Lo diáfano del material escogido por la artista y los grandes ojos de estas criaturas sui generis generan un diálogo muy especial con el receptor interpelado por lo frágil y fascinante de esta especie que se erige en cuestionadora de la carrera autodestructiva de la civilización humana.
Meza polemiza también con nociones como naturaleza y simulacro o lo visible e invisible, al tiempo que hábilmente nos introduce a una problemática tan acuciante como ontológica de manera lúdica y efectiva. El espectador, cautivado, busca descubrir la huella de tan caprichosos cohabitantes para -una vez fascinados en el juego darse cuenta de la urgencia del gesto y nuestro responsabilidad en tanto parte de un ecosistema maravilloso y frágil a un tiempo.
Las propuestas de Rosario Bond y Alicia Meza son una advertencia, denuncia y reflexión a un tiempo de problemáticas esenciales de la sociedad contemporánea. Ambas exposiciones estarán abiertas hasta el 20 de junio.