Silvia Gurfein
Zavaleta Lab. Buenos Aires
La fuerza de la obra, dibujo y pintura instalada, de la exhibición El libro de las excepciones de Silvia Gurfein (Buenos Aires, 1959), se impone en el espacio expositivo de techos de doble altura de la galería Zavaleta Lab. Los previos trabajos de la artista en el teatro, el video y la música dejaron huella en su producción en el campo las artes visuales. Es posible percibir una original apertura en la cadencia de los colores y en el movimiento de las formas y una sensibilidad potenciada en la repetición de las líneas y en el uso de la luz en las obras de esta artista multidisciplinaria, que también estudió filosofía y artes escénicas. “El cruce entre el mirar contemporáneo y la práctica histórica de la pintura es un eje reconocible de mi trabajo. Al pintar me sitúo en la intersección de dos tiempos, el de mi mente digital y el tiempo ancestral del óleo. Allí se produce mi obra”, dice Gurfein, que comenzó a exhibir en 2001.
El libro de las excepciones se desgrana en el espacio como un volumen de muchas páginas abiertas y esparcidas, pero también como una biblioteca con exceso de material que se derrama sobre el suelo, en pilas irregulares, o apoya- do en las paredes de manera poco ortodoxa. La artista es la heroína de ficción de esta serie de pinturas, que remiten intensamente a una literatura escrita con imágenes, entre abstractas y figurativas, y con los tonos del arco iris. Los títulos de los “capítulos” son los que ofrecen pistas, ilustran las citas, encontradas en los plie- gues de las obras. La reiteración de líneas, formas y ritmos son armónicas variaciones, con diferentes tiempos y recursos, de un mismo esquema en cuyo centro deslumbra la pintura.