Teresita Fernández
Lehmann Maupin, New York
La muestra más reciente de Teresita Fernández, “Night Writing ” (“Escritura nocturna”) es una evolución natural de su práctica artística más amplia que se ha enfocado desde hace ya algunos años en los recursos naturales del mundo como su tema central, desde Bamboo Cinema, 2001, en colaboración con Public Art Fund, hasta Fire, 2005, adquirida por el Museo de Arte Moderno de San Francisco, y Stacked Water, 2009, una instalación exhibida en el Museo Blanton. Para la Galería Lehmann Maupin de Chrystie Street en Nueva York, Fernández eligió los firmamentos celestiales.
Una paleta de impactantes rosas, blancos, grises y negros constituye la base de todas las obras que integran “Night Writing ”, para garantizar que la serie de “pinturas” de paisajes y retratos, y la gran instalación tubular que ocupa la sala principal de la galería, iluminada por luz natural, aparezca como un todo cohesionado. A pesar de su formato tradicional, las pinturas logran liberarse de los límites de sus marcos por medio de los colores luminiscentes que emanan de cada hoja artesanal de pulpa saturada de pigmento − que recuerdan la energía y el efecto visual de la Aurora Boreal. Además, secuencias de perforaciones con espejos en su reverso simbolizan estrellas titilantes que reflejan y absorben la presencia del espectador para crear una interacción entre el espacio interior y el exterior. Sin embargo, estas perforaciones son multifuncionales y dan a las piezas la forma de un rompecabezas codificado de mayores dimensiones. Los orificios (o puntos) son de hecho símbolos del sistema Braille, y deletrean el nombre de las constelaciones celestes que dan título a cada obra. De este modo, los puntos representan estéticamente un lenguaje oculto que es visible pero intocable bajo el marco de la obra, siendo por lo tanto ilegible. Esta es una referencia al código secreto del siglo XIX denominado “Écriture Nocturne” (escritura nocturna) o sonografía, utilizado por los soldados de Napoleón para comunicarse silenciosamente en la oscuridad − el sistema codificado que también inspiró a Louis Braille. De esta forma, Fernández juega diestramente con la estética y la funcionalidad, combinando e invirtiendo sus roles a voluntad.
Untitled, 2011, es una instalación tubular de grandes dimensiones compuesta por capas de tuberías de policarbonato que recorren todo el largo de la sala y que vistas desde abajo, aparecen como una masa ondulante de nubes. Una luz etérea proveniente de la claraboya situada en lo alto se cuela por los intersticios en sus capas lineales, iluminando sus bordes para resaltar detalles de su forma abstracta. A medida que la luz del día va cambiando, cambian los tonos de las tuberías de colores, invitando al observador a establecer, una vez más, un intercambio entre el espacio interior y el exterior. A medida que la luz del exterior va penetrando, el interior queda sometido a la temporalidad del tiempo real, haciendo que nuestra experiencia y la del resto del mundo se tornen interdependientes. Como sucede con la mayor parte de la obra de Fernández, Untitled puede observarse desde múltiples ángulos, y a través de una visión panorámica desde el piso superior se experimentará una luz más fuerte que profundizará el contraste entre las capas de policarbonato, incrementando su intensidad al darle a sus ondulaciones una perspectiva adicional. La vista es similar a la que se experimenta al mirar una cubierta de nubes que se va oscureciendo lentamente desde la ventanilla de un avión.
Fernández combina magistralmente la abstracción, el relieve, la ciencia y el juego espacial para hacer que cada obra aparezca etérea, inasible y maravillosamente fresca. Así, “Night Writing” es tanto una exploración vivencial “sobrenatural” como un deleite estético.