Tony Bechara
Petrus, San Juan
Tony Bechara (Puerto Rico, 1943) es una interesante combinación entre un icono de la sociedad hispanoamericana de Nueva York − estudia en Georgetown College, Georgetown Law y la Universidad de París, pertenece a numerosas en importantes juntas y actualmente preside la Junta de Directores de El Museo del Barrio y un dedicado pintor dentro del campo de la abstracción cinética y/o el Op Art.
Este refinado artista comienza su carrera a fines de los 70 y rápida- mente su obra forma parte de distinguidas colec- ciones privadas y públicas. Bechara ha expuesto sus reconocibles obras tanto en los Estados Unidos como en América Latina y Europa. Ha sido invitado a exponer sus místicas y provocadoras composiciones desde El Museo del Barrio, cuando comen-zaba a tener fuerza, hasta la Bienal del Whitney. Aunque Bechara lleva pintando desde finales de los 70, recientemente y no es que no lo haya tratado antes ha decidido no sólo dejarse cono- cer mejor en su Puerto Rico natal sino reclamar su merecido espacio en la Historia de Arte de una isla que se ha probado tan rica en el campo de las artes visuales durante las últimas tres décadas.
Aparte del lirismo intrínseco de cada una de las composiciones de Bechara, lo que le llama la atención inmediatamente al público es ¿cómo las hace? La contestación es muy simple: En primer lugar, este meticuloso artista es un poeta innato dentro del campo de la abstracción, específicamente como fiel creyente en las posibili- dades estéticas del arte cinético y/o el Op Art, demostrando siempre no sólo un virtuosismo extraordinario para la combinación de colores y la creación de «experiencias» sumamente agradables y retadoras por sus ritmos y espiritualidad sino también sus ganas de experimentar, y en segundo término, ¡paciencia!, ya que cada uno de sus cuadros es un cuidadoso y esmerado juego/sacramento que le toma al artista incalculables horas.
Bechara, quien recientemente expusiera sus obras en el Museo de Arte de Puerto Rico, y quien participara con la Galería Petrus en Scope 09, nos deja saber que conoce y se nutre tanto de la obra de artistas como Piet Mondrian y Victor Vasarely como de la las propuestas del New York School, de Chuch Close o los artistas cinéticos latinoamericanos (Cruz Diez, Soto, etc.), o el puertorriqueño Luis Hernández Cruz.
No obstante, desde hace algunos años Bechara ha logrado una encantadora madurez y sus composiciones son cada vez menos «mecánicas» o demasiado calculadas intelectualmente, y reflejan más el fluir de los seres humanos desde un punto de vista existencial (las estaciones de nuestras vidas). o también expre- san el fluir, las armonías, de nuestro planeta (al que continuamos poniendo en peligro).