Toys Art Us
Curator’s Voice, Miami
Siempre me ha obsesionado el carácter perverso que se encierra detrás de la cándida imagen del juguete. Poderosa arma ideológica que cual caballo de Troya penetra a través de lo lúdico y se instala subrepticiamente perfilando la personalidad del infante –ese adulto en ciernes-, el juguete es un objeto trasvesti por excelencia.
Tal es la idea que anima la muestra Toys Art Us, en el Curator’s Voice Art Projects. La propuesta curatorial que incluye más de veinticinco artistas internacionales se inserta en la tradición de investigación y cuestionamiento de lo lúdico explorado por artistas como Jeff Koons, Takashi Murakami, Yoshitomo Nara, entre otros. Toys Art Us es una muestra aguda cargada de ironía y criticismo donde los objetos presentados coquetean abiertamente con los límites de obra de arte, objeto de entretenimiento y herramienta ideológica.
En este sentido la obra de Amy Moore es sintomática. El empleo del biberón se instaura como metáfora: el seno de la madre ha sido suplantado por el objeto industrial, la asociación instantánea con términos como Alma Mater (Madre nutricia) es inevitable llevándonos de la mano a nuevas connotaciones en torno a esta obra. La excelente serie fotográfica de Lamia Korshid se apoya en la construcción –e imposición- de roles de género a través de la muñeca como prototipo social. En este sentido, destacan también las propuestas de Leslie Gabaldón, Chu Teppa, Nahila Campus, Mariana Thome y Mariana Monteagudo. En el caso de ésta última a través de un interesante trabajo de recuperación de la tradición popular de muñecas de trapo reinterpretadas aquí como esculturas mórbidas. Otras subtemas esenciales dentro de la muestra son el de juguete-relación mercantil y juguete-ecología. En el caso de la primera, sobresalen las propuestas de Mariano Costa Peuser, Michelle Bergeron y Massimo Gammacurta.
Financial Bike, de Costa Peuser, nos presenta excelente alegoría sobre las relaciones mercantiles ocultas tras el juguete. La realización financiera (aquí encarnada a partir del trazo inacabado del signo de dólar que dibujan las ruedas de la bicicleta en su avance) deviene entuerto, pues su concreción definitiva impide la realización de la funcionalidad primaria del objeto. Por su lado, la serie Lolli-Pop, de Gammacurta, se apropia de conocidas marcas de diseño como Dior, Yves Saint Laurent, Coach, Louis Vuitton, entre otras para crear apetitosos caramelos que evidencian la transferencia de funciones del juguete al consumismo de objetos de marca en el paso de la infancia a la adolescencia. Las obras resultantes de gran plasticidad se apropian del lenguaje de la fotografía publicitaria para la creación efectiva de un halo a un tiempo seductor y escalofriante. Etimológicamente, la serie juega con la idea de las Lolitas y el impacto Pop de la publicidad en nuestro cotidiano. Nestor Arenas, Rosario Bond, Jairo Ruedo, Ena Marrero y Alicia Meza abordan el tema del juguete a partir de urgencias ecológicas de nuestro tiempo. Desde el comentario lúdico, Toys Art Us constituye una mordaz interpretación de la sociedad contemporánea.