_A Language beyond Form_
Alejandra Von Hartz, Miami
Asumiendo como hilo conductor los ejes temporales y espaciales, la muestra A Language Beyong Form (Un lenguaje más allá de la forma) constituye una poética incursión en nuestros laberintos existenciales utilizando, como detonador vital, las depuradas formas plásticas de carácter abstracto y/o conceptual de diez artistas latinoamericanos de puntera.
El sentido de indagación en el espacio (ya sea el espacio plástico, doméstico o de comunicación) se hace evidente en las propuestas de Danilo Dueñas, Eugenia Calvo y Horacio Zabala. Yellow Crate Wood, 2006, de Danilo Dueñas, nos presenta un huacal desarmado, cuyas caras dispuestas todas sobre el mismo plano –la pared de la galería, generan una composición en apariencia suprematista. Interesado en las cualidades constitutivas de los materiales y objetos comunes, Dueñas genera un interesante contrapunto entre materiales ordinarios y su relación con el mundo del arte.
En el caso de la obra presentada por Eugenia Calvo, asistimos a una instalación de marcado acento rítmico. Sobre la pared se distribuyen en secuencia fragmentos de objetos cotidianos (palos de escobas, patas de mesas, etc.) recuperados y asociados por su plasticidad. El alto poder evocativo de la instalación nos remite a nuestra cotidianeidad y, en específico, a esos momentos desapercibidos, que en definitiva comprenden nuestra existencia. Por su lado, la lacónica y contundente obra de Horacio Zabala, Hipótesis XXXI, discurre sobre el silencio. Parte de la enigmática serie del mismo nombre en la que el artista deconstruye diferentes sistemas simbólicos que una vez reconstruidos devienen en entidades herméticas privadas de toda significación, Hipótesis XXXI juega con estructuras gramaticales archiconocidas –en este caso el punto, como conclusión de un discurso vacío que parece enfatizar la pertinencia del silencio.
Como transición entre una y otra sala –efectivo túnel entre espacio y tiempo- se emplaza la serie Color Theories, de Karina Peisajovich, también –como Zabala– interesada en el análisis y deconstrucción de estructuras comunicativas, en este caso, del color. La serie, realizada a base de tiernos trazos con lápices de colores, reconstruye la historia de los sistemas de color desarrollados desde la antigua Grecia y hasta el siglo XXI. Entre las teorías revisitadas por Peisajovich destacan las de autores como Goethe, Munsell, Ostwald, Runge, Hering, Grosseteste, Mayer, Chevreul y Young, entre otros. El resultado, delicado y de gran belleza, constituye una reflexión del hecho plástico a través del tiempo.
En la segunda sala coexisten las propuestas de Soledad Arias, Leonora de Barros, Juan Pablo Garza, Teresa Pereda y Odalis Valdivieso. Interesados en el tiempo como agente creador, destacan las propuestas de Juan Pablo Garza y Teresa Pereda.
Capas de papel expuesto, 2012, de Garza, es el resultado de la inyección de tinta sobre papel fotográfico de algodón que plegado sucesivamente y expuesto al paso del tiempo, genera como resultado una cuadricula de matices variados. Por su parte, Cuando el agua calla, 2009, de Teresa Pereda, comprende dibujos realizados por agentes naturales. Pereda sumerge el papel en depósitos excavados en la tierra dejando que el paso del tiempo asistido por el barro del lugar, así como el movimiento del aire con el agua y los demás elementos naturales, generen la pintura resultante.
Como especie de contrapunto, el vídeo de Lenora Barros se centra en el afán humano por asir el tiempo. La obra muestra diferentes agujas de reloj que son intervenidas en un deseo por controlar a Cronos que, inevitablemente conduce al caos.