_Violent Frames_
González y González, Santiago de Chile
En el centro de Santiago de Chile, la galería González & González expone el trabajo de cuatro de los más importantes artistas latinoamericanos actuales.
El tercer piso de un emblemático edificio modernista, a sólo pasos del Museo Nacional de Bellas Artes y del Museo de Arte Contemporáneo, alberga las obras de Jota Castro, Moris, Darío Escobar y Patrick Hamilton. El espacio se caracteriza por estar más cerca de un laboratorio de trabajo, experimentación y exhibición de alta calidad que de una galería tradicional.
“Violent Frames” es el nombre elegido por estos cuatro artistas que comparten una serie de vectores cruciales del arte contemporáneo. Un acercamiento directo y crítico hacia la sociedad actual, desafiando su materialidad, contexto y discurso. El título sugiere no sólo la usual relación con el formato del cuadro, sino más bien un vínculo con los avatares del cuerpo golpeado en los rings de lucha, una especie de Fight Club del arte, donde cada autor funciona como un lado del cuadrilátero.
En una evidente sintonía conceptual, la muestra se nutre de los aspectos más crudos y violentos de las ciudades de este particular continente: seguridad, temor y vigilancia en Four Copper Diamonds, de Patrick Hamilton, donde lo privado se vuelve un terreno de amenaza; medios de prensa, muerte y censura en los collages de Moris (actualmente en la Bienal de Sao Paulo); catástrofes, desechos y accidentes en Crash, de Darío Escobar y, por último, iconos del tan complejo caudillismo en Motherfuckers Never Die, de Jota Castro. Los cuatro se nutren de operaciones de apropiación, desviación y torcedura de objetos y signos altamente referenciales para la cultura de masas y la política.
Los cuatro apuestan a convertirse en los “sospechosos de siempre” en una perfecta analogía de la conocida película de Bryan Singer. Cada uno juega sus cartas a ser una especie de “Verbal” Kint, infiltrados en el conservador mundo del arte, deseosos de esparcir los dañinos rumores de un Kayser Söze que es más una idea que un personaje definido. Y esa idea, con el humor, la ironía y el cinismo que los cuatro portan, se encuentra sintetizada en la frase con que Jota Castro esparció hace algunos años el germen de su “nuevo activismo”: “Escogí el arte porque no aguantaba mentir”.