La Colección Jumex
De Colecciones y Coleccionistas
La Colección Jumex, en México, es una de las colecciones más de avanzada en América Latina. Constituída principalmente por obras conceptuales y de las post vanguardias tardías, es un patrimonio de las últimas generaciones del siglo XX, así como de las del XXI.

Eugenio López, presidente de las Empresas Jumex, es el artífice de esta innovadora colección de arte contemporáneo, que incluye una vasta presencia de artistas de América Latina, Estados Unidos, Asia y Europa. Con el ánimo de concentrar mayores fuerzas dentro de la cultura mexicana, Eugenio López crea la Fundación Jumex, la que activamente patrocina, motoriza y genera una intensa movilización de las nuevas estéticas. Dentro de un nuevo patrón de gustos y elecciones, que exige un sofisticado conocimiento de los nuevos códigos que rigen el arte contemporáneo, este coleccionista sienta un precedente en el continente latinoamericano. Patricia Guzman, curadora de La Colección Jumex, analiza los valores de las obras y la filosofía vital que anima el conjunto.
"En esta exposición se presentan conjuntamente 6 obras comisionadas este año para La Colección Jumex, así como 9 piezas de reciente adquisición producidas entre 1968 y 2002. Así, Thisplay se refiere no sólo a una forma de presentación sino a una manera de entender la producción artística y sus complejidades: una forma de volvernos parte generadora del discurso del arte y no sólo sus receptores. Una colección de arte contemporáneo Pensarse como colección de arte contemporáneo y no emprender la aventura de involucrarse en la producción de una obra desde su concepción, significa rehusarse a crear un diálogo activo con los artistas, volverse un espejo (mera reflexión) del discurso y no parte seminal del mismo. Esta premisa ha sido desde el origen de La Colección Jumex parte de sus principios, si bien ésta es la primera ocasión en que se hacen tan patentes en una exposición en este espacio -que es fundamental para esta institución- no sólo el coleccionar, sino el patrocinar, el conservar, el difundir. Entendernos a nosotros mismos como motores de pensamiento. Al contrario de otras muestras, Thisplay no parte de la imposición de un tema sobre las obras. Las piezas se escogieron por su particularidad y por la capacidad de cada una de crear un lugar para sí misma dentro del espacio abierto de La Colección. Sin embargo, como suele suceder, las piezas terminan creando diálogos y conexiones entre sí, develando ciertas inclinaciones curatoriales. Esta exposición funciona de manera inversa a las prácticas curatoriales comunes; el tema surge de los diálogos que las piezas generan y no de la imposición de un discurso. Thisplay, estructuras que tocan el diseño, el urbanismo, la arquitectura o la producción industrial El neologismo Thisplay se refiere al ofrecimiento de estructuras -a veces aparentemente vacías y superficiales- que tocan el diseño, el urbanismo, la arquitectura o la producción industrial. Juega con la noción de lo epidérmico, lo que se muestra: una selección de objetos puestos a la vista y al tacto, y al mismo tiempo se refiere a la idea de "obra" desde lo teatral, con la relación e interconexiones que se dan dentro de una puesta en escena. Igualmente, y de manera equívoca, evoca una forma lúdica y eminentemente intuitiva de entender el quehacer artístico y curatorial. La recompensa inherente a este proceso se descubre en el sorprendente y profundo entramado que obras de tan diversa procedencia son capaces de crear. Se podría decir que el tono dominante que genera este ensamble es uno en el que el paso del tiempo, nuestras proyecciones del futuro o nostalgias del pasado se hacen presentes. El sentido de pérdida de una estructura utópica
"Pabellón de Bicicletas", de Terence Gower; "The Improvement of the Idyllic", de Tobias Rehberger; "Literallyliterallyliterallyplaceplaceplace", de Liam Gillick; "Untitled", de Jorge Pardo; son piezas que remiten al sentido de pérdida de una estructura utópica, de un ordenamiento social, político y cultural que se evoca en estructuras arquitectónicas y de diseño propias del modernismo clásico, de su aplicación masiva y diluida en arquitectura prefabricada y gráficas informativas, o su posterior explosión en patrones futuristas y extravagantes propios de la era del plástico. Nostalgia que surge de la imposibilidad de afianzarse a un ideal utópico, que se expresa en acabados seductores y distantes, más atmosféricos que físicos. Exigiendo del espectador no sólo la contemplación pasiva sino su participación corporal y emotiva "Capula 8" de Pedro Reyes, y "I Happen When You Sleep", de Ernesto Neto, invitan, momentáneamente, a sentirse envuelto por un estado embriónico, haciéndonos recordar los utópicos experimentos de Helio Oiticica, Lygia Clark, los penetrables de Jesús Rafael Soto o las estructuras espaciales de Gego. Sin embargo, existe una diferencia entre los ejercicios cuasi rituales de las obras de finales de los sesenta y estas propuestas absorbidas ya por ciertos códigos legitimados de interacción y presentación, las cuales a pesar de haber perdido su aura revolucionaria han logrado conservar parte del sueño del arte como catalizador de una nueva conciencia sensorial y comunitaria. Nuevos órdenes de la imaginación Una ciudad compuesta exclusivamente de pirámides -"Visión antiderrapante", de Pablo Vargas Lugo-, nos remite a otro de los sueños alimentados durante siglos del cual encontramos ?a pesar de la abrumadora evidencia en su contra- atisbos de supervivencia: el de la ciudad ideal, que en este caso deviene una caótica megalópolis de concreto. El encuentro de nuestra fantasía de un pasado mítico y sapiente con un futuro utópico propio de la ciencia ficción choca con el recuerdo de nuestros horizontes urbanos de todos los días. "Asian Diary" de Nic Hess, compone una memoria gráfica de dicho horizonte a partir de la deconstrucción de un sinfín de imágenes: logotipos, tipografías, patrones y signos elegidos por su capacidad de reconfigurarse en un muy particular universo visual. La urbe distópica condenada al caos se convierte así en fuente generadora de nuevos órdenes de la imaginación. La pieza se vuelve testigo de este tiempo El juego con la luz se vuelve elemento principal de algunas piezas en Thisplay; "Coruscating Cinnamon Granules", 1996, de Rodney Graham y "Surrli", 1990 de Fischli & Weiss, incitan un estado casi hipnótico a través de la repetición de motivos circulares en movimiento. Estas piezas sorprenden por la relación paradójica entre la simplicidad de los medios que utilizan y la profundidad visual/sensorial que despliegan. En ambas se recupera la capacidad de asombro a partir de un estado de gracia infantil en el cual lo importante es el tiempo invertido en el experimento; la pieza se vuelve testigo de este tiempo: paradoja -otra vez- en la cual el resultado final es más "accidental" que propositivo. En "Naotdam Project II", Lies Kraal revierte la idea de la infancia como un estado idílico. Uno de los motores de esta obra se encuentra en la evocación y resolución de un miedo infantil: el que provocaba y sigue provocándonos quedarnos sumergidos en la oscuridad más absoluta. En este caso, una limpísima línea de material fosforescente rescata al espectador de dicha oscuridad, resolviéndose la pieza en un delicado balance entre su minimalista solución formal y un intenso y básico contenido emocional. Darle un sentido al entorno En "Helix 2001" de Ceal Floyer, la intensidad emocional es reducida a su mínima expresión a través de un ejercicio de medición y hallazgo. Dolorosamente, una serie de objetos de resonancias autobiográficas son obsesivamente puestos a prueba hasta encontrar su lugar en una plantilla (arquitectónica/diseño) de círculos. Ecos de esta depuración visual y conceptual que busca darle un sentido al entorno -motivo elemental de la obra de buena parte de los artistas de la primera mitad del siglo XX - encuentran una resemantización en el "Untitled" (Flower Work), 1974, de Bas Jan Ader, en el cual una secuencia de fotos muestra el torso y la actividad del artista "purificando" el contenido de tres floreros hasta arribar a los tres colores primarios rojo, amarillo y azul en un propositivo homenaje a Piet Mondrian, artista paradigmático del modernismo. Un tiempo que corre en direcciones insospechadas
Como punto nodal de esta muestra de La Colección Jumex encontramos tres obras del artista japonés On Kawara, quien desde 1966 ha reducido su trabajo artístico a la representación metódica del paso del tiempo. Algunas piezas presentadas en esta exposición registran la existencia de este artista en México en tres diferentes fechas del año 1968: 28 de abril, 5 junio y 14 de agosto. Utilizando siempre los mismos recursos gráficos y materiales, una tipografía idéntica y una neutralidad casi chocante, On Kawara es capaz de desplazar la simultáneamente pequeña y gigantesca totalidad de un día al presente, evocando el dolor de la pérdida y la emoción del recuerdo; alertando a nuestro cuerpo y conciencia sobre lo que puede significar una distancia de tres días o treinta años. |
|
||||||||||||||||