Sembrando semillas para el futuro
Entrevista con Berta Sichel, Directora del Departamento de Audiovisuales del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS)
Apesar de la larga trayectoria del videoarte en el contexto internacional, España ha sido una de las últimas naciones en incorporarse a la entrada de los audiovisuales en los museos. El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid (MNCARS), uno de los mayores centros del arte europeo, ha visto como, desde hace ocho años, su programación anual se complementa con una variada y elaborada programación de ciclos audiovisuales, que acercan al público este arte, y que culminó hace un año con la celebrada exposición Primera generación. Arte e imagen en movimiento (1963-1986).
La brasileña Berta Sichel, Directora del Departamento de Audiovisuales del MNCARS, es la responsable de las actividades en la pinacoteca en todo lo referido a los nuevos medios. Ha conversado con Arte Al Día sobre videoarte y museografía, los objetivos que persigue y el panorama latinoamericano.
¿Cómo y cuándo empieza su interés por los medios audiovisuales y por la labor como curadora?
De eso hace casi 20 años. Estaba haciendo una maestría en la Universidad de Nueva York y allí empecé a tener contacto con el video como algo más que una herramienta mediática. Fue una apertura: el video era un medio artístico. En 1983, el comisario de la Bienal de San Pablo, Walter Zanini, que siempre estuvo interesado en los nuevos medios, me comentó si podía organizar una exposición. Estudié Periodismo y jamás creí que lo podría hacer, pero me lo planteé. A partir de ahí se desarrolla mi carrera: pensé que podía escribir textos con imágenes. Todas las exposiciones siempre han sido exposiciones de tesis.
¿Qué faceta destacaría más de su persona: la de curadora o la de responsable de un departamento de uno de los principales museos europeos?
El Departamento de Audiovisuales del MNCARS es pequeño dentro de la estructura del museo. Me encanta la posibilidad de poder programar, ya que no tengo tiempo para comisariar todos los proyectos, pero de la forma en la que lo hago, la programación resultante es como comisariar el Departamento. Decido los programas de acuerdo con la línea que quiero seguir en cada momento.
¿Qué objetivos persigue desde su Departamento?
Sobre todo queremos que lo que se está haciendo ahora sea una semilla para el futuro y que el público joven conozca obras audiovisuales, las históricas y las recientes.
Eso es algo muy destacable, ya que se está realizando una labor de formación y divulgación muy importante para acercar al gran público la labor de muchos de los artistas. Desde el Departamento tenemos mucha preocupación por transmitir información y conocimiento, como cuando producimos un folleto, que hay siempre informaciones sobre las obras y los artistas. Invitamos a los artistas y a los críticos y organizamos conferencias, algunas de ellas conjuntamente con el Departamento Pedagógico del MNCARS.
¿Qué valoración hace del videoarte en lo que respecta a la museografía?
Existen obras de artistas cuyo formato no se adapta al espacio que el Departamento puede utilizar en el MNCARS, o sea: el auditorio. Hay obras que requieren de un espacio expositivo distinto, pero hay que trabajar con las condiciones actuales. Después de ocho años, este espacio se ha transformado en “la sala de exposiciones” del departamento y se ha convertido en un punto de referencia donde se han hecho cosas muy interesantes. Cuando se empiecen a otorgar espacios expositivos para el videoarte y los audiovisuales, y no se restrinja sólo a los auditorios, la gente se interesará mucho más por ellos.
La inclusión de artistas latinoamericanos en programas de audiovisuales del MNCARS, ¿se produce por un motivo más de divulgación o es el reflejo del buen estado del videoarte latinoamericano?
Ahora estoy mucho más involucrada en lo que está aconteciendo en Brasil, pues será el próximo país invitado en ARCO, y programaremos algunos eventos, entre los que se incluirán un monográfico del cine y videoarte, instalaciones y tres performances. La actividad en audiovisuales en Latinoamérica es muy grande. Llegan cosas muy interesantes desde Venezuela, de Argentina, de Colombia. Con Osvaldo Macià, que trabaja en Londres, hicimos en 2003 una instalación de sonido en el patio. Lo que pasa con Latinoamérica es que muchos artistas viven en París, Berlín o Nueva York. Se podría decir que existe una diáspora de artistas que son muy seguidos en sus países de acogida. Luego está México, con una gran actividad, debido en parte por su cercanía a los Estados Unidos, y Argentina, con Buenos Aires como centro neurálgico. La gente se sigue moviendo, a pesar de las distancias.
¿Cómo comienza a forjarse la presencia latinoamericana tan importante en la colección audiovisual del MNACRS?
Cuando empecé a comprar obras de video para el MNCARS, adquirí de varios artistas latinoamericanos exhibidos en el contexto internacional como Lamelas, Davidovich o Minujin. Creí que lo importante era contar la historia de cómo el video entra en el universo del arte, y ahí estaban muchos artistas latinoamericanos, que en décadas de los setenta y los ochenta ya trabajaban con medios audiovisuales, a pesar de la falta de recursos, con una gran curiosidad por saber qué pasaba fuera de sus fronteras.
A la hora de programar las exposiciones tiende a programar monográficos por localizaciones, por artistas y por tendencias. ¿Qué criterio sería más aplicable al videoarte latinoamericano?
Los tres son perfectamente válidos. Dentro del departamento se han realizado monográficos sobre David Lamelas o Rafael França y en otros programas se han incorporado al cartel artistas latinoamericanos. Realmente, lo importante es ubicar a todos los artistas latinoamericanos, contextualizarlos en un entorno tan internacional.