_Arte cubano e identidad: 1900-1950_, en el Vero Beach Museum of Art de Florida

Cuban Art and Identity: 1900-1950 ” (Arte cubano e identidad: 1900-1950) incluye pinturas de los primeros 50 años de la República de Cuba favoreciendo un enfoque iconográfico sobre una aproximación estilística.

_Arte cubano e identidad: 1900-1950_, en el Vero Beach Museum of Art de Florida

La concentración en narrativas y símbolos tiende a disminuir las diferencias entre artistas académicos, tradicionalistas y modernistas dando una perspectiva más holística de la pintura en la isla y revelando por adelantado un núcleo de los temas que de modo más competente se usaron para proyectar una visión de la nación.

A tono con la cultura popular y el paisaje rural y/o urbano, la mayoría de los artistas cubanos, durante ese periodo en que la nación se construía de modo auto-consciente, se preocuparon por imaginar y visualizar “ lo cubano”. El resultado fue la continuación y revitalización de temas cubanos desarrollados en el siglo XIX, como un paisaje y la vida del campesino. En contraste con las imágenes que muestran el campo como el repositorio de lo que es auténticamente cubano, están aquellas obras que representan la ciudad de La Habana con sus calles, arquitectura e interiores como el epicentro de la cultura cubana. Otros dos temas seminales explorados en esta exhibición son las tradiciones religiosas y la música.

En conjunto, la diversidad de narrativas y símbolos apunta a una identidad cultural multifacética. La exhibición incluye pinturas de paisajes que abarcan desde el romanticismo de Antonio Rodriguez Morey, hasta el ultra sensitivo naturalismo de los paisajes marinos de Leopoldo Romañach, o desde el tranquilo primitivismo de Víctor Manuel, hasta los sensuales paisajes antropomórficos de Carlos Enríquez. Visiones idealizadas tanto como críticas de la vida campesina están bien representadas en las pinturas exhibidas de Armando Menocal, Antonio Gattorno, Mario Carreño, y Enríquez, entre otras. Una mirada al tema de los interiores de La Habana, desde las naturalezas muertas de Amelia Peláez y René Portocarrero hasta las composiciones figurativas de Cundo Bermúdez revela el impuso de representar lo cubano no sólo en el contenido sino en una forma concreta: la forma neo-barroca. La espiritualidad inspirada en lo africano y en lo católico contrasta en las pinturas de Wifredo Lam y de Fidelio Ponce de León, quienes están representados en esta exhibición de la mejor manera.

Desde comienzos del siglo XX, la música popular ha sido uno de los mayores bienes de exportación cultural y es mucho más y mejor conocida que su literatura y artes visuales. Las formas musicales conocidas como Rumba y Son fueron particularmente populares en los 1920s y 1930s e inspiraron a una número de pinturas de esta exhibición: Eduardo Abela, Oscar García Rivera, Carreño, y Enríquez, entre otros. Finalmente, la exhibición ofrece una Mirada al Tesoro de la Cuba tradicionalista y las pinturas modernistas en las colecciones públicas y privadas en los Estados Unidos.

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Abierta hasta el 2 de febrero de 2014.