Amazonia- Bahuaja Sonene, de Roberto Huarcaya
En el 2014, la organización sin fines de lucro Wildlife Conservation Society invitó a doce artistas latinoamericanos a ingresar a la reserva Bahuaja Sonene ubicada al sur este del Perú. La idea del programa era, a través de la expresión artística, dar a conocer la reserva a la región para que se genere conciencia. Bahuaja Sonene es uno de los seis parques nacionales con más biodiversidad del planeta. Entre los poetas, músicos, cocineros y artistas plásticos invitados a representar este gran paisaje estaba Roberto Huarcaya, psicólogo, fotógrafo y artista peruano que lleva varios años experimentando con la noción de territorio desde su serie de panoramas Campos de Batalla.
Luego de su primer viaje la espesa selva de Bahuaja Sonene, Huarcaya recorrió el área con una pequeña cámara compacta. Sin embargo, no se iba a llevar nada. El fotógrafo regresó a la selva unas siete veces durante un año y medio con el objetivo de encontrar una forma correcta de representar el territorio y las emociones que ésta manifestaba en su interior. “Era ir y volver e insistir, así un año y medio. Con los demás formatos las fotografías me remitían siempre a cosas ya hechas”. Fue entonces cuando Huarcaya decidió utilizar rollos de treinta metros de largo de papel foto sensible y reproducir la vegetación a través de fotogramas monumentales. De esta manera surgieron los Amazogramas, tres fotogramas de gran extensión reproducidos durante las noches que representan la respiración y el ciclo vital de la naturaleza. Más tarde estas tres piezas se volverían parte de una exposición ecléctica: Amazonia- Bahuaja Sonene, inaugurada en la galería Rolf Art, en Buenos Aires Argentina el jueves 13 de junio.
En el recinto ubicado en Esmeralda al 1353, los Amazogramas serpentean como grandes serpientes por toda la galería. Otra serie de fotogramas más chicos cuelga de las paredes con lo que parecen radiografías de hojas comidas por las hormigas, Huarcaya explica que: “La serie de hojas es una micro representación de cómo nosotros, los humanos, estamos comiéndonos la selva”.
Huarcaya se define a sí mismo como un artista lento. La experiencia en el amazonas le llevo más de tres años (y aun continua).
¿Cómo fue que surgió el primero de estos fotogramas?
El primer intento –afortunadamente exitoso- surgió de una creencia que tiene los Sesejas, una comunidad aborigen que vive en Bahuaja Sonene y con quienes he estado en contacto. Según su cosmovisión, hay algunos árboles con más de 700 años que hacen de puente entre los mortales y los dioses. Tomando este planteo como disparador, decidí representar este misticismo y esa monumentalidad que los Sesejas adjudicaban a estos grandes árboles.
Al comienzo intentamos, con algunos ayudantes, subir hasta la copa de los árboles y desplegar el rollo de 30 metros desde abajo hacia arriba. Sin embargo, los vientos, la tormenta y la hostilidad de la selva no nos lo permitió. Entonces observé que los ríos, muy importantes para el procesos natural y para la comunidad, se llevaban árboles enteros. Por ende nos mandamos a buscar un árbol en una lancha. El tronco estaba lleno de agua y pesaba toneladas.
Huarcaya y su equipo cortaron el tronco en diez partes y lo llevaron a tierra firme. Allí, rearmaron, como si fuera un rompe cabezas, el gran árbol. Con tabiques hechos de bambú que unían los distintos fragmentos, la pieza quedó reconstruida a treinta centímetros del suelo, lista para ser fotografiada esa noche. Y entonces apareció la tormenta: “Cuando fui a disparar por la noche, reventaban truenos por todos lados. Fue la perdida de control y la fuerza de la naturaleza lo que terminó sacando componiendo la obra, es la naturaleza exponiéndose a si misma”.
De esto se trata Amazonia- Bahuaja Sonene. Un trabajo magistral que representa de forma magnífica el bagaje cultural, místico y natural del territorio amazónico. Dicho por las comunidades de la región: “han sido tan respetuosos con la naturaleza que ella decidió retratarse a sí misma”.
Hasta el 27 de julio, la obra de Huarcaya que inauguró ayer se podrá visitar en la galería Rolf Art, ubicada en Esmeralda al 1353, en Buenos Aires, Argentina.