Carlos Garaicoa

Matadero Madrid, Madrid

Por Álvaro de Benito Fernández | diciembre 17, 2010

Saber interpretar de manera concisa un espacio como el que ocu- paba la cámara frigorífica del matadero central de Madrid no es sencillo y, sin embargo, Carlos Garaicoa (La Habana, Cuba, 1967) lo ha conseguido. Su propuesta es original en su concepción, pero también lo es en su resultado. El recorrido por la exposición se hace descalzo, pues sobre el suelo del habitáculo intervenido yacen los objetos esenciales de esta muestra: siete tapices que simbolizan, a través de la representación de sus grafías y diseños, las marcas de algunas tiendas de la capital cubana.

Fin de siglo, 2010. Partial view of the installation. Parte de la instalación.

Los textos han sido manipulados en su sentido original hasta convertirlo en un nuevo elemen- to para el diálogo al que Garaicoa nos acostumbra en sus trabajos con palabras, tipografías y narraciones. Éstos han sido plasmados a través de procesos fotográficos y digitales para ser posteriormente producidos como tapices. Y entre el reposo de los textiles, y como elemento cohesionador, se reproducen dos vídeos en los que se muestra al espectador el referente real de los lugares que el artista ha tomado para esta intervención.