Hernán Bas

Una referencia literal

Por Mark Coetzee (Miami) y Mark Clintberg (Montreal) | abril 27, 2010

El siguiente es un diálogo, vía mensajes de texto, entre Mark Coetzee y Mark Clintberg, sobre la obra de Hernán Bas.

Vesuvius, 2005. Mixed media on panel, 48 x 36 in. Técnica mixta sobre panel de madera, 122 x 91,4 cm. Courtesy Rubell Family Collection, Miami.

M. Coetzee: La obra de Hernán presenta algunos riesgos reales en mi opinión. Preferiría que no se lo alistara en las filas de los artistas gay; recuerdo que también has expresado tus reservas en ese sentido. Veo su obra como pasando por encima de lo romántico y lo conceptual, y alineándose con la obra de Bas Jan Ader.

M. Clintberg: Me alegro de que tu primer pensamiento introduzca el tema de lo conceptual. Por supuesto que uno puede enfocarse en la referencia a lo decadente, la estética homosexual, la franqueza literaria. Mi interés en la obra de Hernán siempre se ha centrado en el concepto. Entonces, ¿cómo pueden estas pinturas y dibujos pequeños siquiera ser considerados conceptuales?

M. Coetzee: Para mí, la obra comienza jugando dentro de los límites de convenciones esquemáticas: el género costumbrista y las herramientas básicas de la narrativa. Comienza con el ́aislamiento ́, por ejemplo, y luego se abre camino hacia las formas que se utilizan para transmitir ese sentimiento en la novela romántica contemporánea y en la literatura romántica del siglo XVIII. Es la interrogación propia de la narración de cuentos.

M. Clintberg: Bueno, espero que te refieras al ́aislamiento ́ como elección—representando la lucha singular del hombre moderno, por ejemplo—y no como una imposición. Si el suyo fuese un aislamiento impuesto, se podría inferir una victimización, lo cual reafianzaría el prejuicio. Pero volviendo a lo conceptual, siempre me ha fascinado la forma en que los artistas se las han ingeniado para crear una crítica del status quo y salir impunes. Desde Goya hasta Kentridge, vemos lo efectivos que son los artistas en este tema. Más particularmente en relación con la obra de Hernán, me vienen a la mente los artistas que lograron expresar a través de su obra ideas o deseos que claramente habrían ido en contra de la moral o aun las leyes de su época. Escritores como Oscar Wilde, pintores como Thomas Eakins y Henry Scott Tuke, y fotógrafos como Wilhelm von Gloeden, consiguieron hacer esto y mantenerse fuera de prisión la mayoría de las veces. Pero con la aceptación de la mayor parte de los temas que existe en la actualidad, no sólo en el arte sino también en los medios de comunicación populares ¿qué sucede con ese lenguaje de la inferencia, lo que se conoce como convenciones esquemáticas? De modo que para mí, la obra de Hernán no se relaciona tanto con lo romántico como con una nostalgia de un lenguaje perdido, una forma en que las ideas podían ser transmitidas durante ese período de una manera subversiva. Algo que parece tan sentimental puede transmitir un deseo que resultara repugnante a la estructura moral de la época. ¿Existe una nostalgia de un lenguaje que ya no sirve a un propósito? ¿Existe un intento de preservar un lenguaje que daba poder efectivo a los que sufrían aislamiento?

M. Coetzee: Sí, absolutamente. La decisión de estar aislado y solo, antes que ser condenado al ostracismo, es lo que importa en este caso. Lo que se torna peligroso es una estética que glorifica en demasía esta calidad de víctima –y no veo que esto sea lo que hace la obra de Hernán—pero sí parece ser un homenaje a un código que ha sido reemplazado. También me gustaría tratar el tema de cómo se integra la adolescencia en todo esto.

M. Clintberg: Bueno, muchas de sus referencias son novelas de misterio y de aventuras dirigidas a una población adolescente, pero creo que esto es más profundo. Siempre me he sentido conmovido y excitado por su reconocimiento directo del muchacho flaco, el chaval delgadito y lampiño, como deseable—lo que podría interpretarse como la mera representación de una forma pre-pubescente es en realidad un concepto social, un prototipo de cuerpo masculino objetivado. También pienso en el despertar sexual a una cierta edad y cómo puede envolverse en gestos románticos, y en cómo se forma la identidad a través de la conciencia de sí mismo. ¿Qué piensas tú? ¿Cómo crees que se pone de relieve la adolescencia en su obra?

M. Coetzee: Me interesa la forma en que representa a la juventud como misterio, al mismo tiempo maravilloso y aterrador, más que como una situación basada en el deseo, pero definitivamente reconozco que su obra también presenta un ideal de este joven ́abandónico ́, delicado y que se magulla con facilidad. Creo, también, que estos jóvenes están embarcados en relaciones íntimas, estrechas, pero que no siempre se pueden interpretar como sexuales, sino que pueden contemplarse como fraternas. Su video Momentos frágiles habla justamente de este momento frágil de estrecha interacción entre hombres jóvenes mientras nadan juntos juguetonamente, en una actitud que es más que propia de colegiales pero para nada erótica, en mi opinión.

M. Clintberg: Cambiemos de tema. Hemos hablado de referencias literarias, pero todavía deberíamos discutir el uso de textos y literatura que hace Hernán. Se esfuerza muchísimo para darle a cada obra un título cargado de referencias a la mitología, a historias, etc. Ha sido muy claro creando conjuntos de obras con títulos grandiosos, y cada pieza dentro del conjunto de obras está titulada por separado. Para mí esto crea una narración lineal, una cronología que no difiere mucho de la discutida visualización lineal del arte que tienen tantos historiadores.

M. Coetzee: ¡Eso ofrece una posibilidad de cierre! ¿Puedes comentar cuáles serían las consecuencias de esa linealidad? Es verdad que hace girar los títulos sobre un pivote, algunas veces haciéndolos satíricos, como en el caso de The Immaculate Lactation of Saint Bernard. (La inmaculada lactancia de San Bernardo), y luego un título como Burning Up For Your Love (Consumiéndome por tu amor) parece ser más probablemente el título de alguna balada pop sueca excéntrica.

M. Clintberg: Bueno, las visiones lineales crean no solamente una etapa final sino también algunos significados literales, sin intención de hacer juegos de palabras. Podrían crear una lectura demasiado definida.

M. Coetzee: También se vuelven totalmente planas y sin ninguna masa. Esto podría presentar algunos grandes problemas, es verdad. Es el borde de un abismo en el cual la obra podría precipitarse. Las referencias religiosas y míticas, en particular, parecen firmemente posicionadas sobre la cúspide, y no estoy seguro de que el ingenio o la ironía levanten algún tipo de barrera hermética para evitar aquello contra lo cual se previene. La crítica a través de la parodia—que no caracteriza a la obra de este artista, en mi opinión—puede ser reapropiada y reciclada por el sistema normativo tan rápidamente que es casi imposible que esa clase de práctica tenga mucho peso en el largo plazo. La crítica a través del pastiche—una descripción a la que sí creo que su obra podría ajustarse— es mucho más imprecisa y difícil de determinar. Esto nos lleva a nuestro argumento anterior con referencia a Wilde et al., negociando un espacio para ser enfants terribles pero también niños mimados de la sociedad.

M. Clintberg: Así que ¿cómo piensas que la obra de Hernán encaja en el diálogo sobre la pintura hoy día— quiero decir, aparte de la relación obvia con Karen Kilimnik y Elizabeth Peyton?

M. Coetzee: Los grandes gestos de la pintura como disciplina, tales como el rol del artista como ingeniero social/agente de transformación rara vez han sido menos evidentes en la historia de la pintura que en este momento. Si esto es para bien, es tema para otra conversación. Ha habido una vuelta muy grande a las posibilidades subjetivas y diarísticas de la disciplina, y la obra de Hernán podría sin duda interpretarse como formando parte de esto. Me inclino a concebir su trabajo como la interpretación de un repertorio cuyo fin no es alcanzar el virtuosismo en cuanto al manejo de la pintura sino en la forma en que negocia, por turnos y a menudo en una sola obra, con el lenguaje idiomático, la ficción basura y las mitologías. Detecto en su obra algo del espíritu del Neoclasicismo y la reorientación que hace éste de formas utilizadas con anterioridad.

M. Clintberg: Envuelta en la narración romántica, las referencias a la historia del arte, el gesto grandilocuente y la fusión de lo conceptual, aún puedo sentir la cualidad humana en su obra. El humanismo. La narración de historias reales sobre muchachos reales, con sentimientos profundamente arraigados. Un artista que expresa su experiencia, su historia, sus deseos, su mundo y su lugar en ese mundo ahora mismo – como artista y como individuo.

Oriundo de Sudáfrica, Mark Coetzee ha sido director de la Rubell Family Collection en Miami, Florida, desde el año 2000.
Curador, escritor y artista independiente, Mark Clintberg fue Curador Adjunto de la Galería de Arte de Calgary del 2002 al 2003. Actualmente está completando su postgrado en Historia del Arte en la Universidad de Concordia, en Montreal, Canadá.

PERFIL : Hernán Bas

Hernán Bas nació en 1978 en Miami, Florida, donde actualmente vive y trabaja. Luego de completar sus estudios secundarios en el New World School of the Arts en Miami (1996),

Bas cursó estudios durante un semestre en The Cooper Union en la ciudad de Nueva York. Su obra ha sido exhibida en la Galería Daniel Reich, en Nueva New, Galleria Il Capricorno en Venecia, y el Museo de Arte Contemporáneo en North Miami, y ha sido representada en la Bienal de Whitney de 2004. En 2005, Bas participó en el Programa de Artistas en Residencia en Giverny, Francia. Este año, Bas participó en la exposición colectiva Like Color in Pictures, en el Museo de Arte de Aspen, en Aspen, Colorado, y también en Size Matters: XS-Recent Small-Scale Paintings, Part 1, presentada por el Centro de Arte Contemporáneo de Hudson Valley, en Peekskill, Nueva York. En diciembre, Bas será protagonista de una muestra individual en The Rubell Family Collection en Miami. Entre las colecciones que incluyen obras suyas se encuentran el Museo y Jardín de Esculturas Hirshhorn, el Museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles, el Museo de Arte Moderno de Nueva York, la colección de la Familia Rubell en Miami, el Museo de Arte Moderno de San Francisco y el Museo Whitney de Arte Americano.

Bas es representado por Frederic Snitzer (Miami), Sandroni Rey (Los Ángeles), y Victoria Miro (Londres).