Juan Carlos Distéfano
Fundación OSDE. Buenos Aires
Memoria social y artística en Juan Carlos Distéfano. Obras 1958- 2010, la maravillosa muestra con más de 70 piezas del notable Juan Carlos Distéfano (Buenos Aires, 1933), exhibida en el Espacio de Arte de OSDE en Buenos Aires. Una pequeña pintura sobre cartón, sin título, de 1958 inicia el recorrido que, entre dibujos, pintura y escultura y amalgama de ambas, llega hasta La Urpila (voz quichua que significa “paloma pequeña”) en Buenos Aires, escultura de 2010 que homenajea a Ramón Gómez Cornet (1898-1964), autor de un óleo de 1946 de nombre similar e idéntica temática. La niñez desamparada es representada ahora por Distéfano no como niña campesina sino como una cartonera (recolectora), que ya en Buenos Aires arrastra en su carro al Obelisco (emblemático monumento de la ciudad).

La curadora María Teresa Costantin organizó la muestra en cuatro núcleos centrales; en el primero agrupa trabajos de los años ’60 y luego los de la década del ’70. Sin orden cronológico, las obras del tercer foco poseen como hilo conductor “el equilibrio tenso de los cuerpos”. En el cuarto eje se despliegan las potentes esculturas de su último período que incluye su recurrente alusión tanto a la historia del arte como a la problemática política y social; muchos trabajos se hallan dedicados a la infancia truncada, con una nota de optimismo en El chico de La Boca II, el niño con juguete que rinde tributo a Víctor Cúnsolo (1898-1937). Las primeras y coloridas piezas, como Tres versiones, 1966, muestran la transición de la pintura a la tridimensionalidad. De impecable factura y sensuales al tacto, las esculturas están realizadas con diversos materiales; mayormente, la resina poliéster reforzada las hace brillar y las trans- parencias descubren anatomías y abandonos, torsiones y deseos, dolores. En ese sentido, es muy valioso el ensayo, publicado en el catálogo, de José Emilio Burucúa vinculado a la repre- sentación del dolor en Distéfano.