Marcos López
Mor-Charpentier, Paris
“Tierra en Trance” es el sugestivo y evocador título de la primera retrospectiva en Francia del fotógrafo argentino Marcos López (Santa Fe, 1958). La muestra, hace referencia a un célebre film de Glauber Rocha, maestro del “cinema novo” de Brasil, que combina la temática política con elementos míticos y folclóricos. Plantea un repaso por la herencia antropológica que han legado el mestizaje y la transculturación al espacio fulgurante y superpuesto de la América Latina contemporánea. Compuesta por imágenes en blanco y negro que cohabitan y dialogan con las creaciones emblemáticas en color de su período Pop Latino, así como con las obras específicamente creadas para esta exposición, ofrece una enriquecedora e inédita visión de conjunto de la actividad creado- ra de López, soberbiamente hermosa al tiempo que inquietante.
En su obra, se recupera una constelación de metáforas fotográficas y nutridas referencias al encuadre, al motivo, la pose y el registro. López, realiza composiciones estudiadas, cuyas imágenes destilan un carácter de síntesis, donde la iconografía ritual africana e indígena y los mitos clásicos se entrelazan. El carácter escenográfico y casi performativo es otra de las evidencias visuales más sintomáticas en las obras expues- tas. La poética del gesto y el énfasis de la pose trascendente en estas imágenes son lenguaje en sí mismos y los objetos incluidos sirven como elementos de un vocabulario que articula ese lenguaje. Pobladas de onirismo y de exceso “churrigueresco”, el artista muestra una América Latina salvaje y franca, imagen arquetípica de esos países.
En sus retratos en blanco y negro se encuentran las primeras señales de un código que pasa indistintamente de lo estético a una nueva dimensión de lo social, en exaltación de una conciencia crítica y afectiva de la imagen; un escenario ideal, consolidado en la serie “Pop Latino” y “Sub realismo criollo”. En esas series, Marcos López capta el evento de la vida, el abismo, el fondo, la pasión en torno al cuerpo y la mirada. Entre figuras aisladas o grupos familiares - Asado en Mendiolaza, Amanda - emergen individualidades solitarias que no comparten a pesar de su cercanía; petrificados, miran con seriedad el objetivo.
Esas mismas características se observan en las notables fotografías realizadas luego de su viaje a Bolivia. La galería presenta tres magníficas obras de esta serie. Un destacado ejemplo es Familia de sastres -La Paz, Bolivia 2010-; posando en su tienda, la mirada de los personajes es un factor decisivo, pero el fotógrafo trasciende la inmediatez del cuerpo y se adentra en un espíritu de sobrevivientes. López condensa de manera ele- mental y radical un sentimiento y razón de ser. Los sujetos de la humanidad están allí en lo fantasmal y en el despojo que llega a lo agudo de los afectos, al interior del alma. A diferencia de los personajes de la serie “Pop Latina”, que se exceden en la interpretación, los sastres adoptan una postura y mirada calma, pero a la vez son mucho más enigmáticos.
“Tierra en Trance” nos guía a una tierra, aquella de América Latina, a sus mitos, a sus líneas de fractura, a sus ilimitadas promesas. Ella actúa como un espejo deformante de sus tensiones identitarias. Heraldo de su alma latina, receptáculo de sus mitos, retratista de ese otro “Nuevo Mundo” conquistador, Marcos López vive y transmite esas tensiones a través de infinitas variaciones.
Artista del “exceso”, a través de sus diversos periodos artísticos, Marcos López ha creado una obra única a partir de sus confron- taciones con la historia, la política, la cultura y la religión latinoamericana y Argentina. A lo largo de su carrera, ha dejado que las experiencias de su vida en tiempo y lugar inspiren sus obras, que tienen varias lecturas desde el punto de vista técnico y con- ceptual. Con su inventiva y estilo definido, dentro de instalaciones organizadas de manera ritual impregna de nuevo poder a las deidades, como a los notables Héroes y santos, Bolivar y las Tres Potencias-. Nadie está a salvo de su ingenio mordaz, el suyo es un reino de fantasía en el que todos están presentes.
Siempre creativo y lleno de contrastes, continua mirando el mundo que lo rodea con imaginación y humor y explorando nuevos enfoques técnicos para darle a sus personajes sus extra- ordinarios entornos. Las coloridas personalidades inventadas por Marcos López, retozan en sus extraños paisajes y atraen seductoramente, pero es difícil distinguir entre lo mítico, lo histórico y la realidad, de tal forma que en sus obras la verdad puede ser más extraña que la ficción. Combinando mitología clásica, fábu- las africanas e historia, López pretende mostrar a través de sus fotografías, “la textura del subdesarrollo”, la América mestiza y su visión personal de la identidad Argentina y sus tradiciones.