Pedro Tyler: La medida de lo incontable
Galería Del Paseo, Lima. Marzo 2018
El uso de reglas como material de trabajo es el común denominador en la obra de Tyler. Éstas herramientas hacen patente nuestro acercamiento racional al mundo material—continuamente medido—, y negativamente dan cuenta de la ausencia de sistemas de medición universales para abordar el mundo emocional.
El artista trabaja con estos elementos generando configuraciones que apuntan hacia el mundo no cuantificado (ni cuantificable) de las ideas, el pensamiento, las emociones y los afectos en piezas caracterizadas por su elegancia formal y su sutileza.
El concepto de medición encuentra un correlato en la idea de estructura, orden y desorden, que surge de las distintas configuraciones espaciales en las que Tyler dispone las reglas y/o de las manipulaciones a las que las somete. A la par, el uso de distintos tipos de reglas, sus variantes cromáticas, materiales, de tamaño y de notaciones, lo provee de un abanico de posibilidades estéticas y semánticas dentro de un universo acotado por esa elección.
En “Orden II” (2018), un ensamblaje de reglas negras, desfasadas en dos de sus lados, leemos la frase “descubrir la verdad en el caos”, de Hunter Thompson. El movimiento de los elementos se contrapone a la gravedad de la superficie negra, mientras que la frase hace de los números grabados en su soporte la señal deuna insistencia positivistafútil.
En “Viento blanco” (2018), título que hace referencia a una tormenta de la cordillera, varias reglas plegables de color blanco (algunas en centímetros y otras en pulgadas), dispuestas en diagonal, forman una figura irregular alargada que recuerda vagamente a una nube. Sobre ellas está escrito un verso de Alfonsina Storni, “solo el cielo es perfecto”. Tyler articula la idea de la perfección que encarnaría el cielo con sus tormentas—y la sombra de la muerteque proyectan—y la pregunta por su medida(si la tiene, si puede tenerla).
La tácita pregunta por el nexo entre mundo material e inmaterial que recorre la obra aparece claramente en “Cuerpo y alma” (2015). En esta instalación, una serie de reglas de aluminio anodizado de colores han sido dobladas y unidas siguiendo la forma de la estructura química de diversos fármacos y drogas. El artista codifica por colores el uso de estas sustancias: rosado/dolor del cuerpo, azul / dolor de la mente, verde / dolor del alma. Tyler traza así un puente entre el cuerpo, la mente y el alma, revelando la similitud de estas estructuras y elsubyacente conocimiento científico que tenemos sobre estas sustancias, el sentido del dolor sigue siendo radicalmente privadoy su vivencia inconmensurable para cada persona.
Pedro Tyler nos ofrece un acercamiento lúdico a la idea de regulación y cuantificación, planteando la pregunta por todo aquello que no sometemos a su lógica numérica (el amor, el temor, el dolor, la imaginación) pero que, no obstante, da la medida de nuestra humanidad.