“STOP PAINTING” - PETER FISCHLI EXHIBE UN PANORAMA SOBRE LA RUPTURA EN FONDAZIONE PRADA VENECIA

Descrito por Peter Fischli como “un caleidoscopio de gestos repudiados”, el proyecto explora una serie de rupturas específicas dentro de la historia de la pintura en los últimos 150 años, entrelazadas con el surgimiento de nuevos factores sociales y valores culturales. La exposición también pretende comprender si la actual revolución digital también puede provocar una nueva crisis de la pintura o, por el contrario, contribuir a su renovación. Stop Painting está concebido por el artista Peter Fischli con más de 110 obras de artistas internacionales y se exhibirá en el histórico palacio de Ca ’Corner della Regina, la sede veneciana de la Fondazione Prada, del 22 de mayo al 21 de noviembre de 2021.

“STOP PAINTING” -  PETER FISCHLI EXHIBE UN PANORAMA SOBRE LA RUPTURA EN FONDAZIONE PRADA VENECIA

¿Era el fantasma recurrente que contaba la historia del final de la pintura un problema fantasma? Y si es así, ¿pueden los fantasmas ser reales?”

Peter Fischli

 

Fischli identificó cinco rupturas radicales provocadas por cambios tecnológicos y sociales que marcaron cambios de paradigma artístico a través del rechazo y reinvención de la pintura.

 

La primera ruptura la provocó la difusión de la fotografía. Como subraya Rosalind Krauss, "La fotografía cuestiona todo el concepto de la unicidad del objeto artístico, la originalidad del autor ... y la individualidad de la llamada autoexpresión". Esta es la razón que llevó al pintor Paul Delaroche a exclamar por primera vez hacia 1840 la famosa e impactante frase: “desde hoy, la pintura está muerta”.

La segunda crisis está representada por la invención del readymade y el collage que empujó a la pintura a extenderse y “moverse al lado de sí en el espacio a través de los objetos”, como señaló David Joselit.

El tercero fue provocado por el cuestionamiento de la idea de autoría, o como lo definió Roland Barthes en 1968 “la muerte del autor”. En cualquier caso, los artistas habían abordado los problemas de autenticidad y originalidad varios años antes.

La cuarta crisis puede identificarse con la crítica de la pintura como mercancía, por su movilidad, su valor simbólico y su fácil conservación, a finales de los sesenta.

La quinta ruptura se centra en la crisis de la crítica en la llamada sociedad capitalista tardía, tal como la formulan los estudios seminales de Luc Boltanski y Eve Chiapello. “A partir de los años 80 la idea de vanguardia quedó obsoleta y se disolvió y, de nuevo, se proclamó el fin de una posición crítica en la pintura”, apunta Fischli.

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