UNA RETROSPECTIVA HISTÓRICA DE LYGIA CLARK DESEMBARCA EN ZÚRICH
Kunsthaus Zürich reúne más de 120 obras históricas y 50 piezas participativas que revelan la profunda transformación del arte moderno de la artista brasileña.
Hasta el 8 de marzo de 2026, Kunsthaus Zürich (Suiza) presenta una gran retrospectiva dedicada a la artista brasileña Lygia Clark, una de las figuras más influyentes de la vanguardia latinoamericana. Realizada en cooperación con la Neue Nationalgalerie de Berlín, se trata de la primera exposición de gran escala de Clark en un país de habla alemana y la más exhaustiva realizada en el mundo desde la presentada por el MoMA de Nueva York en 2014.
Unos versos de Caetano Veloso, escritos en 1971 y dedicados a Clark, abren la muestra y funcionan como un puente entre música, vida y arte. En ellos se anticipa la radicalidad con la que la artista replanteó la experiencia artística, invitando a un diálogo íntimo entre obra, cuerpo y percepción.
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Lygia Clark. Cabeca Coletiva. Courtesy of Kunsthaus Zürich
Lygia Clark (1920, Belo Horizonte – 1988, Río de Janeiro) transformó la historia del arte al disolver los límites entre artista, obra y espectador. Renunció a las formas convencionales de la pintura y la escultura para desarrollar trabajos procesuales que solo se completan con la participación activa del público. Sus propuestas cuestionan tanto la institución museística como la idea de la obra de arte como objeto acabado y autónomo. Para Clark, el arte debía abrirse al cuerpo, a los sentidos y a un proceso que involucrara la experiencia humana en su totalidad.
Como figura central del Neoconcretismo, movimiento fundado en Río de Janeiro en 1959, Clark impulsó una concepción de arte basada en la intuición y la vivencia corporal. Aunque el movimiento retomó principios constructivos difundidos por Theo van Doesburg y Max Bill, también se emancipó de ellos al privilegiar la experiencia subjetiva por encima de los esquemas racionales.
En Brasil, el arte concreto había sido recibido como una forma democrática de creación, donde cada elemento visual tiene el mismo valor, en oposición al uso propagandístico del realismo por parte de regímenes autoritarios. Clark tensionó esos principios para abrirlos hacia la participación, la percepción y el cuerpo.
A partir de los años sesenta, Clark expandió la imagen hacia el espacio, luego hacia la interacción física y finalmente hacia la desaparición del objeto. En las últimas décadas de su vida desarrolló las proposiciones, acciones participativas activadas mediante máscaras, ropas o dispositivos sensoriales diseñados para abrir nuevas formas de ver el mundo y de percibirse a uno mismo. Estas experiencias, sostenía la artista, también contenían un potencial sanador.
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Lygia Clark. Courtesy of Kunsthaus Zürich
La exposición reúne unas 120 obras originales de colecciones de Brasil, Estados Unidos y Europa —muchas nunca antes expuestas al público— junto con 50 réplicas participativas producidas por la Associação Cultural O Mundo de Lygia Clark. Destacan piezas emblemáticas como los Bichos, esculturas articuladas que solo adquieren forma en diálogo con el participante, y Caminhando (1963), una instrucción basada en la banda de Moebius que puso en primer plano la acción como obra.
Organizada en colaboración con la Neue Nationalgalerie, Berlín, y desarrollada en estrecha relación con la Associação Cultural O Mundo de Lygia Clark, esta muestra constituye un acercamiento sin precedentes a la obra de la artista. De forma paralela, una presentación en el Haus Konstruktiv explora la conexión suizo-brasileña y la influencia del artista concreto Max Bill en su pensamiento.

