OSCAR MURILLO SE UNE A KURIMANZUTTO
Oscar Murillo ha desarrollado una práctica artística multifacética e inventiva que indaga constantemente cuestiones de colectividad y cultura compartida, mientras que se conecta fundamentalmente con las cualidades afectivas de diferentes materiales.
El trabajo de Murillo crea una dimensión social que existe en la frontera entre actuaciones y eventos. Ha invitado a colaboradores a participar en acciones que incluyen caminar por Nueva York o viajar entre ciudades del Reino Unido cargando mateos (figuras tradicionales de papel maché hechas en Colombia), pintar franjas de lino negro en lugares de todo el mundo o realizar una fiesta para amigos que trabajan en la industria de la limpieza en Londres llamó Serpentine Late. Sus proyectos matizados involucran a otros como participantes, en lugar de meros espectadores, y apuntan a una curiosidad perpetua en temas complejos de relaciones sociales y económicas globales, comunidad y público.
Murillo posee cualidades materiales distintas y llamativas. Es conocido por sus pinturas a gran escala que combinan fragmentos creados en diferentes momentos y lugares, usando una variedad de técnicas que destacan su uso de marcas expresivas y enérgicas. El artista también es reconocido por crear instalaciones inmersivas, combinando materiales como lienzos negros drapeados; esculturas rupestres formadas de maíz y arcilla; armazones de cama de metal oxidado; y muebles, incluidos bancos de iglesia antiguos. Estas obras experienciales y únicas, que a menudo se pueden encontrar en entornos inusuales, como el interior de iglesias, escuelas o al aire libre, son testimonio del compromiso del artista con el poder afectivo del material para transmitir meditaciones complejas sobre la sociedad contemporánea.
De septiembre a diciembre de 2021, Oscar Murillo instaló Ética y Estética en la iglesia y convento de San Agustín Tekantó, en el estado de Yucatán, México, donde Murillo vivió y trabajó mientras producía el proyecto. Aquí, el artista continuó con su serie Surge, que presenta trazos gestuales en capas en pintura al óleo que fluyen horizontalmente a través del lienzo. En las obras producidas en Yucatán, el artista utilizó el azul maya, un pigmento azul celeste brillante único fabricado por culturas de la Mesoamérica precolombina de la región. Murillo evoca conscientemente los nenúfares de Claude Monet, ejecutados cuando la visión del artista estaba impedida por las cataratas. El artista relaciona los problemas de visión con una 'ceguera social' que percibe como algo que impregna la sociedad contemporánea.
El artista también creó una reinterpretación del vía crucis católico tradicional instalado en el lugar junto a las pinturas de la oleada. En esta otra serie, Murillo responde individualmente a catorce imágenes colgadas en las naves laterales de la iglesia que representan las etapas de Cristo camino a la crucifixión. Sus propias pinturas se exhibieron en diálogo con las obras originales y muestran representaciones abstractas de las escenas. Murillo también intervino la ruina del convento del siglo XVI contiguo a la iglesia colocando óleos dentro de nichos vacíos, exponiendo directamente las obras al clima de la selva yucateca.
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