NFTS Y METAVERSO: UNA VISIÓN CUBISTA DEL NUEVO ECOSISTEMA DIGITAL (PARTE I)

Por Isabel Englebert | junio 29, 2022

Como artista conceptual trabajando en la intersección del arte, la ciencia y la tecnología, con un pasado corporativo y una formación en comunicación social, estoy profundamente interesada en el nuevo ecosistema digital suscitado por la tecnología blockchain, los NFTs y el Metaverso, desde una perspectiva que aborda este terreno como un fenómeno sociológico, como un nuevo campo de negocio, y como otro de los tantos medios que utilizo para expresar mis ideas.

NFTS Y METAVERSO: UNA VISIÓN CUBISTA DEL NUEVO ECOSISTEMA DIGITAL (PARTE I)

Es con este espíritu, desde una visión fragmentada y multiangular, que he ido profundizando en esta nueva tecnología, haciendo uso de ella en mi trabajo, y por tanto comprendiendo que existen ciertas cuestiones que resultan interesantes destacar. El objetivo de este texto es compartir estas reflexiones.

 

Un espejo de nuestros tiempos

A lo largo del tiempo, los aspectos culturales e históricos de cada época se han filtrado en la obra de los artistas. El tiempo les ha encomendado la tarea de reflexionar sobre los cambios y su impacto en la sociedad. Al igual que el sueño de nuevos mundos se ha decantado en las desconcertantes e ilógicas pinturas del surrealismo, o la nueva maquinaria de la Revolución Industrial se ha transformado en movimiento y repetición en el futurismo, el hilo conductor de la cultura se ha retratado en las obras, técnicas y temas de los artistas a lo largo del tiempo. No resulta raro que las principales preocupaciones de hoy se expresen a través de medios digitales.

 

Todos podemos estar de acuerdo, entonces, en que la fusión del arte contemporáneo y la tecnología en el mundo virtual es un signo de nuestra época. Las nuevas formas de expresión son novedosas en cuanto a temas, medios – refiriendo al blockchain –, y técnicas, que pueden variar desde la realidad aumentada hasta la inteligencia artificial, o incluso los algoritmos generativos.

 

El arte digital ha existido durante mucho tiempo, pero la tecnología blockchain ha revalorizado un medio largamente subestimado. Básicamente, esta tecnología incorpora el principio de escasez a la fórmula del arte digital. El material virtual nunca ha sido altamente valorado en el mundo del arte debido a que la autenticidad nunca ha sido posible: cada bit digital podía ser reproducido. La procedencia, la autenticidad, la propiedad y, básicamente, la singularidad, están aseguradas por esta nueva cadena, que es una especie de registro digital descentralizado.

  

Minteo, luego existo

Considerando el revuelo mediático que se genera en torno a las nuevas posibilidades que ofrecen los NFTs, y los grandes anuncios de dólares que uno ve en la prensa, no resulta extraño que artistas, famosos y personalidades del deporte se precipiten a mintear casi cualquier cosa. Pero la existencia de muchos aspirantes y sólo unas pocas estrellas demuestra que triunfar en el mundo de los NFTs no es tan fácil como uno podría pensar.

 

Para comenzar, los "superestrellas" de los NFTs no suelen ser recién llegados que tuvieron suerte y vendieron sus NFTs por millones. Por el contrario, se trata de profesionales del ámbito digital, que ya poseen una carrera y éxito en su campo. (O celebridades del calibre de Paris Hilton; que también venderían su ropa interior usada por millones). Por lo tanto, yo diría que si no sos este último tipo de humano o no tenes ninguna experiencia digital, entonces pensalo dos veces antes de mintear ese bello collage que hiciste hace diez años, o la foto de aquel atardecer espectacular que sacaste en tus vacaciones.

 

Mencionemos algunos ejemplos de quienes realmente están generando ganancias con NFTs. Puede que Beeple fuera un nombre desconocido en el circuito artístico tradicional hasta su récord de venta de la obra "5.000 days", pero posee una trayectoria como profesional de éxito diseñando gráficos y animaciones para clientes comerciales como Louis Vuitton, Apple y Justin Bieber, e incluso trabajó en el espectáculo digital del Super Bowl en 2020. Recientemente, ha lanzado una colaboración con nada menos que Madonna, que por supuesto tiene todos los componentes para ser un gran éxito de marketing, pero que personalmente encuentro de – al menos – un gusto discutible. Pak, cuya identidad está sumida en el misterio, es el fundador y principal diseñador de Undream Studio, y el creador de Archillect. Lleva más de veinte años produciendo obras digitales, e incluso es uno de los primeros inversores en bitcoin. Refik Anadol, que personalmente es uno de mis favoritos, es un artista mediático multipremiado, que lleva años utilizando la inteligencia artificial en obras de arte inmersivo.

En relación a los temas y las técnicas, resulta natural que los últimos avances en tecnología, concretamente el uso de la Inteligencia Artificial, el deep learning y algoritmos generativos, formen parte intrínseca de las piezas de NFT más interesantes. Un comentario personal en este punto: por mucho que aprecie los irónicos collages de sátira política y social de Beeple, que plantean inteligentes reflexiones sobre temas de actualidad, considero que hubiera sido más interesante que el NFT que perforara el mercado, siendo la primera de tanto éxito en una casa de subastas de arte tradicional, logrando así que todo el mundo conozca los NFTs, fuera una pieza que incluyera más de estas últimas tecnologías y herramientas.

 

Por otro lado, una clase de gran éxito entre los NFTs es la constituida por los llamados "virtual collectibles". Personalmente, sería cautelosa a la hora de llamar a estos coleccionables “arte”, pero realmente quién soy yo para decirlo. Larva Labs creó los primeros coleccionables de NFTs, Cryptopunks y Meebits, engendrados por un algorítmio generativo que asignaba aleatoriamente a cada punk sus atributos. Bored Ape Yatch Club, creado por Yuga Labs, es otro ejemplo de NFTs coleccionables, muy popular entre los famosos, como Justin Bieber, Eminem o Jimmy Fallon. El mismo consiste en una colección de 10.000 NFTs únicos de Bored Apes, que incluye la pertenencia a un exclusivo club virtual con la compra de cada uno de ellos. Recientemente han lanzado una nueva moneda virtual y están en plena construcción de su propio Metaverso.

 

Imagen y branding son palabras clave en este caso. Pertenecer a este selecto grupo de individuos que poseen un Bored Ape y lo emplean como foto de perfil en sus redes sociales, es análogo a cómo el propietario de un negocio comunica el éxito de su empresa con un traje o un reloj de lujo. En este punto, los NFTs se convierten en un objeto de deseo aspiracional, que tiene la capacidad de convertir a uno en miembro de un linaje social. Este "modelo de negocio" se repite y se copia sin cesar, a veces en asociación con celebridades, a veces inspirados en algún tema que es de moda, pero siempre con el mismo modus operandi: dibujo animado simpático (?) + algoritmo generativo que crea un número n de versiones únicas + apoyo de celebridades + derecho a utilizar el NFT en los medios sociales + pertenencia = un símbolo de estatus y una idea comercial fantástica.

 

El Metaverso se presenta como una oportunidad para que determinadas marcas o empresas lleguen a un nicho de público muy difícil de captar por otros medios, ofreciendo un importante potencial publicitario. Gigantes corporativos como Visa, Nike o la NBA, y grandes personalidades del deporte como Tom Brady, Steph Curry y Lionel Messi ya se han adentrado en este mundo virtual. Incluso, en la Gala del Met destacó una insignia de Punk en la vestimenta del cofundador de Reddit, Alexis Ohanian. Según JPMorgan, se prevé que las oportunidades de ingresos globales del Metaverso en conceptos como eventos en directo, anuncios, comercio social y hardware superen el trillón de dólares.

 

Si consideramos a los llamados "artistas tradicionales", podemos observar cómo algunos de aquellos que suelen ser los primeros en adoptar nuevas tendencias se están subiendo al revuelo mediático de los NFTs. Murakami se ha sumergido en el ámbito de los NFTs coleccionables en colaboración con RTFKT, creando CloneX, una serie de 20.000 avatares de nueva generación engendrados por algoritmos, al estilo de Bored Apes o Cryptopunks.  Damien Hirst presentó recientemente una serie llamada "The Currency", una colección de 10.000 NFTs que se corresponden con 10.000 obras de arte físicas únicas, guardadas en una bóveda de seguridad en el Reino Unido. Su propuesta va un paso más allá: tras un año de posesión del NFT, los propietarios deben decidir si prefieren conservar el NFT o la obra física. La que no sea seleccionada será destruida. Jeff Koons también se subió a la nueva ola. Anunció su "Moon Phases", una colección de objetos espaciales que incluye NFTs de NFMoon, una empresa de tecnología artística, que será comercializada por la nueva plataforma de NFTs de Pace Gallery, Pace Verso.

Si reflexiono sobre mi propia práctica artística conceptual, creo que abordo esta tecnología como otra de las muchas herramientas que utilizo para transmitir mis ideas – siempre que su uso esté justificado por el concepto a transmitir en la obra, claro está. Por ejemplo, en Porvenir: Uno y tres reinos, una serie que reflexiona sobre el cambio climático, propongo una postura contemporánea al debate sobre la representación y el significado que Joseph Kosuth propuso con su obra Una y tres sillas en 1965. Mi serie está compuesta por una escultura de gran formato titulada Porvenir, y dos NFTs. El NFT Wannabe Porvenir, que se encuentra en exhibición actualmente en el Museum District de Decentraland, está compuesto por una imagen renderizada del proyecto escultórico. Este NFT constituye una metáfora de la idea antes de su materialización, destacando la tecnología como herramienta de creación que existe al mismo nivel que el hombre. El NFT Porvenir Selfie consiste en una fotografía a tamaño real de la escultura, destacando a la tecnología como herramienta de registro, encarnando la transformación del mundo real al reino virtual. Al igual que Joseph Kosuth se plantea la cuestión de cuál de sus representaciones de la silla es la más exacta, yo reflexiono, en tiempos de NFTs y virtualidad, sobre cuál de las tres piezas encarna con mayor precisión el concepto que quiero comunicar.

En otra serie titulada John Doe, an abstract identity, reflexiono sobre la auto-construcción del yo, en tiempos de virtualidad y conexiones. Haciendo uso de las últimas tecnologías, utilizo la IA y los algoritmos generativos para hacer un comentario sobre la identidad y su apropiación. Una de las piezas de esta serie plantea una performance en el Metaverso. En ella, utilizo mi avatar, creado por mí misma, para comprar mi propio nombre virtual, en forma de NFT. Esta simple acción adopta como protagonista al nombre, un aspecto tan característico de la identidad, tan intrínseco a nuestra propia representación. El auto-diseño de una identidad virtual alcanza su culminación en esta acción, que implica una monetización y autoapropiación de la propia identidad virtual – o no. ¿Es acaso una paradoja el hecho de hacer una declaración de identidad en un formato en el que he creado mi propio yo, escenificado en un espacio virtual que es claramente un punto de referencia para la hiperrealidad mediática? Este tema es un punto clave en mi investigación sobre la auto-construcción, en relación a la identidad virtual y las herramientas tecnológicas.

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