NFTS Y METAVERSO: COLECCIONISTAS O INVERSORES? (PARTE II)

Por Isabel Englebert | junio 30, 2022

Como artista conceptual trabajando en la intersección del arte, la ciencia y la tecnología, con un pasado corporativo y una formación en comunicación social, estoy profundamente interesada en el nuevo ecosistema digital suscitado por la tecnología blockchain, los NFTs y el Metaverso, desde una perspectiva que aborda este terreno como un fenómeno sociológico, como un nuevo campo de negocio, y como otro de los tantos medios que utilizo para expresar mis ideas.

NFTS Y METAVERSO: COLECCIONISTAS O INVERSORES? (PARTE II)

Aunque el coleccionismo de arte tradicional incluye un componente de inversión y una perspectiva comercial, no deja de invocar una especie de aura de romanticismo que se construye en torno a un artista. Un coleccionista clásico tiende a seguir la trayectoria de un artista, apoyando su obra. La nueva ola de coleccionistas de NFTs destaca por no pertenecer a los entornos artísticos tradicionales. La mayoría de ellos son jóvenes y nunca han pisado un museo o una galería, por lo que dan prioridad al aspecto financiero del coleccionismo de NFTs frente al emocional. Por lo general, son personas cuyo campo de especialización está relacionado con la tecnología financiera: provienen del mundo de las criptomonedas y lo impulsan. Y sí, son principalmente hombres.

 

La compra de NFTs es una inversión (en arte) sobre otra inversión (criptomoneda). No es ilógico entonces que los mecenas de este medio específico sean la tribu de las criptoempresarios. Cada NFT se monetiza en una criptodivisa diferente, cada una de las cuales cambia constantemente, apreciándose y depreciándose. Así que, además de elegir en qué artista de NFTs invertirán estos nuevos coleccionistas, deben decidir también a qué criptomoneda convertirán sus dólares.

 

Hasta el momento, parece que no muchos de los grupos de coleccionistas de arte clásicos se solapan con el público de los NFTs. Todavía existen reticencias por parte de las instituciones artísticas tradicionales, algo que no resulta extraño, ya que los NFTs restan poder a los intermediarios. De todos modos, cada vez son más los nombres tradicionales del circuito del arte que deciden embarcarse en esta nueva tecnología, mientras que algunos siguen expectantes. La galería Pace, la galería Petzel, Kammel Menour, Gagosian y las tres principales casas de subastas, entre otros, ya están involucradas en el fenómeno. Durante ArtBasel Miami 2021, y Basel 2022, existió un ciclo completo y un espacio físico en la feria patrocinado por TEZOS, donde se realizaron varias mesas redondas con artistas nativos de NFTs, directores de galerías tradicionales y otras figuras clave. Podemos esperar que se produzcan algunas acciones relacionadas al blockchain durante la novel ArtBasel París.

Museos y el mundo digital

Aunque los Metaversos existen desde hace ya un par de años – pensemos en Second Life, por ejemplo, que tiene casi veinte años, o en Roblox –, la aparición de las últimas tecnologías como la RA, la RV o la IA, y la proliferación de NFTs originaron un nuevo tipo de Metaversos basados en blockchain. Decentraland, Somnium, Cryptovoxels o Sandbox son sólo un par de los Metaversos más conocidos. Dentro de ellos, se pueden encontrar ciudades virtuales con ofertas inmobiliarias, eventos, galerías, tiendas, e incluso museos, como el Museum District de Decentraland o el MOCA de Somnium Space, entre otros.

 

Al observar la relación entre estos nuevos espacios expositivos virtuales basados en blockchain y los museos y galerías físicas tradicionales, surgen cuestiones interesantes que replantean el modelo de mecenazgo.

 

Las colecciones tradicionales se componen principalmente de obras físicas, que podrían exhibirse en el Metaverso mediante la creación de digital twins – imágenes virtuales que representan las obras de arte "reales" que se tokenizan, transformándose en NFT. En este caso, se ofrece a los coleccionistas la oportunidad de comprar copias digitales certificadas de obras maestras de renombre mundial. Este tipo de acción posee objetivos de financiación y marketing, buscando mantenerse al día con los tiempos actuales. Por ejemplo, el Museo Británico se asoció con la plataforma de NFTs La Collection para tokenizar copias digitales de algunas de sus obras, como piezas de Katsushika Hokusai y J.M.W. Turner. Las ediciones varían en cantidades de dos a 10.000, y los precios oscilan entre 500 y 40.000 dólares.

Existen otras oportunidades en la creación de nuevas obras digitales o material virtual a partir de piezas de arte originales. El análisis de un curador sobre una obra, un nuevo material que documente la creación de la obra entre bastidores, o incluso experiencias minteadas derivadas de las piezas originales.

 

¿Qué sigue? Oportunidades, problemas y controversias

En términos de tecnología, "lo próximo" es pasado. Estoy convencia de que la tecnología blockchain ha llegado para quedarse, y que veremos ante nuestros ojos cómo la misma mutará diferentes aspectos de nuestras vidas. Habiendo profundizado en las múltiples complejidades que esconde el universo de los NFTs, sería ingenuo considerar que este nuevo mundo no suscita ciertos puntos controversiales, especialmente en relación a la sustentabilidad, los derechos de copyright y la autoría, la economía y la curaduría.

 

Al considerar la relación con el medio ambiente, resulta vital destacar que cada transacción realizada por la tecnología blockchain consume un alto nivel de energía, al verse obligada a comprobar en cada ordenador de la red que la operación que se realiza es auténtica y, por tanto, aprobada. La infraestructura del blockchain permite un tipo de autentificación nunca antes experimentada en el mundo virtual, pero derrocha grandes cantidades de electricidad en comprobar que tu Bored Ape es tuyo y sólo tuyo.

Este tipo de tecnología garantiza la propiedad y la unicidad del activo digital, pero todavía no existe ninguna regulación o control para comprobar que la persona que mintea la pieza es su verdadero propietario. Quentin Tarantino acuñó siete escenas de "Pulp Fiction"... y luego fue demandado por Paramount porque no era el propietario legal del guión. La cuestión de la propiedad no es menor, sobre todo cuando se trata de museos que mintean digital twins de piezas físicas.

 

Si contemplamos este fenómeno desde el punto de vista económico, podemos observar dos situaciones diferentes. En cuanto al arte, creo que el mercado se consolidará pronto. El pico de crecimiento que vimos el año pasado, después de la locura de Beeple, ha bajado evidentemente en la actualidad, un hecho coherente precisamente con el establecimiento del mercado. La desaceleración de los precios es lógica en este sentido. Desde un punto de vista puramente financiero, resulta importante destacar la dependencia de los NFTs al volátil entorno de las criptomonedas, que de hecho ha sufrido una terrible caída en los últimos meses, también impulsado por la coyuntura económica global.

 

En relación a la curaduría, todavía existe un amplio espacio para explorar y perfeccionar. La proliferación de marketplaces de NFTs en ciertos casos decanta en falta de criterio a la hora de tokenizar nuevas piezas, o de seleccionar qué artistas aparecerán como profesionales digitales. OpenSea, Nifty Gateway, Superare, son los marketplaces de NFTs más populares y conocidos, pero también se muestran bastante amplios en sus criterios. Existen otras plataformas más exclusivas, que ofrecen proyectos más interesantes y curados, como Pace Verso o Aorist.

 

Precisamos que emerjan nuevos modelos para que la gente pueda aprender y, por tanto, confiar en este nuevo mundo digital. Es de esperar que ocurra una transición de imágenes estáticas o textos a piezas más dinámicas e inteligentes. Es probable que la Inteligencia Artificial y las tecnologías interactivas influyan en la próxima oleada de NFTs. Como artista, puedo imaginar un mundo de obras generativas, que cambien en función de las interacciones de los espectadores, o incluso piezas que muten con el tiempo una vez adquiridas. Casi no existe un límite para la expansión de este nuevo universo.

 

Considero a los NFTs como otro medio más para comunicar conceptos, que permite el uso de herramientas propias de nuestro tiempo. Hilando conexiones con Duchamp y su audaz cuestionamiento del papel de la institución artística con su “Fuente”, dando lugar al arte conceptual como otra forma de expresión pero aún sin descalificar a todos los demás medios artísticos, la aparición de la tecnología blockchain y los NFTs no significa que otras disciplinas estén muertas. En la diversidad y el diálogo surgen la belleza y las nuevas interpretaciones del mundo.

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