PEDRO GÓMEZ-EGAÑA Y LA MATERIALIZACIÓN DE LA PERCEPCIÓN

El List Center presenta The Great Learning, la exposición de Pedro Gómez-Egaña (n. 1976, Bucaramanga, Colombia) que encarna nuestras experiencias polirrítmicas del tiempo.

PEDRO GÓMEZ-EGAÑA Y LA MATERIALIZACIÓN DE LA PERCEPCIÓN

"Vivimos en una era en la que las temporalidades contrastantes coexisten con una intensidad que a menudo parece irreconciliable", ha dicho el artista. "La saturación mediática, la alteración geológica, la inmediatez algorítmica, la cultura laboral 24/7, las dinámicas de la cadena de suministro y el implacable espectáculo de los ciclos políticos" condicionan nuestra percepción del mundo.

 

En The Great Learning, la primera exposición individual en un museo de EE.UU. de Pedro Gómez-Egaña, los espacios arquitectónicos se abren, se multiplican, se interrogan y llegan a eclipsarse o disolverse. Los objetos establecen relaciones precisas y se mueven de formas que pueden eludir la percepción, aprovechando la gravedad o alineaciones inesperadas. Los visitantes se convierten en espectadores, oyentes y lentes animadoras al desplazarse por el espacio.

Organizada por Natalie Bell, curadora del MIT List Visual Arts Center, The Great Learning toma su título de una obra del compositor británico Cornelius Cardew, inspirándose en su trabajo experimental con The Scratch Orchestra, un grupo de no-músicos. Gómez-Egaña, formado como músico y compositor antes de dedicarse a las artes visuales, delega parte de la acción de la exposición en un equipo de asistentes de galería, los Orchestrators, quienes manipulan los elementos físicos y la paisajística sonora de la muestra.

 

Como pieza central, la instalación Virgo (2022) contrasta distintas formas de experimentar y comprender el tiempo. Reproducciones escenográficas de un interior doméstico se dividen en 28 paredes, creando un efecto mise-en-abyme. Un camino atraviesa el espacio en diagonal, mientras dos grandes marcos de acero, montados sobre ruedas ocultas, están conectados con mobiliario y objetos que los Orchestrators mueven a través de espacios precisos en las paredes. Como fotogramas de una película, cada espacio se repite con ligeras variaciones, y los visitantes actúan como el agente animador, similar al mecanismo de un proyector que da vida a una serie de imágenes para crear la ilusión de movimiento y tiempo. Ritmos cósmicos se evocan en la iluminación, que simula el movimiento del sol a lo largo del día, proyectando sombras que se desplazan y se asientan con el tiempo.

 

En la galería adyacente, una sala de alfombra y paredes rojas alberga The Great Learning (2025), una vara de cobre suspendida por hilos de microfilamento que, desde su posición vertical, cae lentamente en tres horas, equilibrada por once contrapesos. En el mismo espacio, péndulos de acero (The Ask, 2025) golpean las paredes, impulsados por la gravedad y activadores electromagnéticos ocultos. Deep Rivers (2025) aparece como una mesita de noche incrustada en los asientos perimetrales.

 

Cuando los Orchestrators activan la obra, un instrumento de fuelle añade un tono de fondo a la pieza sonora Cordillera (2025), una composición minimalista con armonías andinas y sonidos cotidianos de Oslo y Colombia. En conjunto, estas obras crean un paisaje sonoro inquietante y envolvente.

 

The Great Learning podrá verse hasta el 27 de julio de 2025 en el MIT List Visual Arts Center, en 20 Ames St., Cambridge, MA 02142 (Estados Unidos).