RUBÉN ORTIZ-TORREZ Y LAS PARADOJAS CULTURALES DEL MUNDO GLOBALIZADO

La Galería de Arte Miriam e Ira D. Wallach de la Universidad de Columbia presenta Rubén Ortiz-Torres: Zonas de Colaboración, la primera gran exposición individual del artista en Nueva York, curada por Betti-Sue Hertz.

RUBÉN ORTIZ-TORREZ Y LAS PARADOJAS CULTURALES DEL MUNDO GLOBALIZADO

Artista, escritor y curador mexicano radicado en Los Ángeles, Rubén Ortiz-Torres desarrolla una práctica visual crítica, cosmopolita, técnicamente inventiva e intelectualmente cómica. Su trabajo explora las contradicciones de la actualidad a través de la convergencia informada entre las tradiciones del arte popular y modernista. Examinando historias recientes y, en ocasiones, desarmando sus cronologías o ideologías, Ortiz-Torres recontextualiza y rehace iconografías conocidas al colapsar sus jerarquías.

 

Cuando cita una escena, Ortiz-Torres redistribuye sus significantes individuales. Se toma libertades artísticas sin reclamar una autoría autónoma, pero sí enfatiza su originalidad. Su deseo radicalmente personal de libertad artística se nutre de su agudo sentido de la historia, ya sea al componer los estridentes collages de sus murales de azulejos, retratar a sus amigos en platos, rastrear y fotografiar murales de Machu Picchu en restaurantes peruanos, o unir de manera inesperada autos policiales dañados de Tijuana con las protestas feministas de "glitter". Su práctica es una intensa observación e internalización de relaciones sociales, anotaciones históricas y pasiones.

La violencia cruda de la ciudad se plasma en dibujos sobre platos basados en imágenes de cámaras de seguridad de los sospechosos y en adaptaciones en azulejos de carteles de "se busca" pegados en el vecindario. Esta serie, El Corrido de Leandro Valle (2023), presenta versiones visuales de corridos, un género tradicional de baladas mexicanas a menudo asociado con las experiencias de grupos trabajadores o historias sobre la vida cotidiana de criminales, la opresión o la historia.

 

El trabajo de Ortiz-Torres se apropia de diversas fuentes y reubica símbolos y sentimientos culturales para tender puentes entre referencias dispares. Se adentra en las realidades que estas iconografías representan y localiza sus registros emocionales.

La imaginería caótica en dos murales de azulejos, Apocalypse Now (2024) y Para todo mal (2024), proviene de representaciones en los medios masivos sobre guerras actuales y conflictos en curso: tanques en Ucrania, una mezquita destruida en Gaza, edificios de apartamentos en ruinas, misiles y el muro fronterizo entre Estados Unidos y México en Tijuana. Construidos como una fusión de corridos convergentes, estos trabajos se alimentan de las fuerzas destructivas en las noticias, que conforman nuestra dieta diaria de crisis y colapso. La aparente obsesión del artista con los originales y las copias, las recreaciones y las citas, resucita momentos históricos y objetos culturales que podrían haberse perdido fácilmente en el mar de imágenes y eventos que navegamos diariamente. La apropiación y el simulacro son herramientas clave en su proceso artístico.

 

American Graffiti, una animación y una serie de impresiones relacionadas, es un homenaje al mural de 82 pies de largo de David Alfaro Siqueiros, América Tropical: Oprimida y Destruida por el Imperialismo, creado en 1932 en la pared exterior del Italian Hall en Los Ángeles. La figura central, un hombre indígena crucificado, fue censurada en la propuesta original y desató controversia cuando el mural fue revelado. Poco después, la obra fue blanqueada. La intervención de Ortiz-Torres en esta historia parte de una imagen en blanco y negro del mural original, que lentamente se va cubriendo con grafiti y arte callejero en diversos estilos, hasta que la imagen se transforma en un lienzo blanco.

 

Rubén Ortiz-Torres: Zonas de Colaboración podrá verse se expondrá hasta el 16 de marzo de 2025, en The Miriam and Ira D. Wallach Art Gallery, Lenfest Center for the Arts 615 West 129th Street, Nueva York (Estados Unidos).